24/01/2018, 22:31
Eri se ofreció amablemente a ir a hablar con el señor Takeda para comunicarle que habían solucionado su pequeño "problemilla" en la mansión. Akame no estaba seguro de si sería juicioso mencionar todo aquello; ¿rituales? ¿Una antigua guarida excavada en el sótano de la finca? ¿Monstruos aterradores que tiempo ha fueron humanos? «Esto no puede salir bien...»
Por sobre todo aquello, había algo que seguía hormigueando en la mente del Uchiha. Era como un picor que no podía rascarse, tan leve que no sabía ni localizarlo, pero que siempre estaba ahí. Picando.
Cuando los muchachos subieron por las escaleras y se encontraron en el pasillo principal, Akame se quedó un momento viendo a su compañera Uzumaki marcharse en dirección a la puerta principal. Entonces, la detuvo.
—Un momento, Eri-san —articuló con la voz temblorosa y todavía ronca—. ¿Qué vas a decirle exactamente al viejo dueño? Quiero decir...
El Uchiha bajó la mirada, visiblemente incómodo. ¿Estaba a punto de proponer mentirle a un cliente y, por ende, a la Villa?
—Todo esto ha sido muy raro. Todo lo que ha pasado hoy... Creo que no deberíamos contárselo a un civil —disparó finalmente—. Estoy seguro de que ni siquiera nosotros mismos entendemos lo que acabamos de vivir, imagina lo que podría pensar el señor Takeda. Y la gente del pueblo... Cundiría el pánico.
Entonces alzó los ojos, mirando alternativamente a sus dos compañeros.
—Creo que lo mejor sería decir que había un nido de ratas enormes en el sótano, que habían excavado un túnel y que lo hemos sellado. Quizás la familia anterior tenía pánico a las ratas, a veces la gente se desquicia cuando se siente arrinconada por sus fobias y...
Por sobre todo aquello, había algo que seguía hormigueando en la mente del Uchiha. Era como un picor que no podía rascarse, tan leve que no sabía ni localizarlo, pero que siempre estaba ahí. Picando.
Cuando los muchachos subieron por las escaleras y se encontraron en el pasillo principal, Akame se quedó un momento viendo a su compañera Uzumaki marcharse en dirección a la puerta principal. Entonces, la detuvo.
—Un momento, Eri-san —articuló con la voz temblorosa y todavía ronca—. ¿Qué vas a decirle exactamente al viejo dueño? Quiero decir...
El Uchiha bajó la mirada, visiblemente incómodo. ¿Estaba a punto de proponer mentirle a un cliente y, por ende, a la Villa?
—Todo esto ha sido muy raro. Todo lo que ha pasado hoy... Creo que no deberíamos contárselo a un civil —disparó finalmente—. Estoy seguro de que ni siquiera nosotros mismos entendemos lo que acabamos de vivir, imagina lo que podría pensar el señor Takeda. Y la gente del pueblo... Cundiría el pánico.
Entonces alzó los ojos, mirando alternativamente a sus dos compañeros.
—Creo que lo mejor sería decir que había un nido de ratas enormes en el sótano, que habían excavado un túnel y que lo hemos sellado. Quizás la familia anterior tenía pánico a las ratas, a veces la gente se desquicia cuando se siente arrinconada por sus fobias y...