24/01/2018, 23:51
Cuando Eri llegó y llamó a la puerta no se hizo esperar, pues el hombre, nervioso e impaciente por saber qué ocurría en su mansión, preguntó sin si quiera decir un hola a su cliente sobre el problema que estaban resolviendo.
—Señor Takeda —saludó con una breve reverencia —. La misión se ha llevado con éxito, señor —informó primeramente —. En el sótano de la mansión estaba el problema —comenzó, para luego tomar aire lentamente, sabiendo que lo que venía iba a ser largo —. Al parecer hacía un tiempo que su casa había sido víctima de un Fuuinjutsu, una técnica de sellado que hacía a los que vivían allí ver y vivir cosas extrañas, señor —su voz sonaba igual que siempre, aunque tenía sus manos entrelazadas detrás de su cuerpo, retorciéndolas como signo claro de nerviosismo, fuera del alcance de visión del Señor Takeda, o al menos eso intentaba —. Pero gracias a nuestros conocimientos sobre técnicas de sellado y habilidades, hemos logrado terminar con el problema, es más —pausó un momento —, hemos revisado toda la casa y está totalmente limpia —mencionó, con una tímida sonrisa en su rostro.
«Después de todo no es tanta mentira...»
—Sin embargo, el lugar donde estaba el sello, el sótano; se ha visto destruido por complicaciones en terminar con dicho sello, algunas complicaciones... —mencionó, moviendo la mano para restarle importancia —. Pero mire el lado positivo, la casa está intacta, el sótano no se utilizaba igualmente, después de todo estaba cerrado a cal y canto, así que no se preocupe, Señor Takeda.
»Puede ir a la mansión cuando quiera, que ya no hay nada que temer.
Terminó la joven, con otra reverencia por su parte. ¿Habría caído en su mentira? Después de todo, había intentado mentir lo mejor posible, o al menos maquillar la verdad por encima...
—Señor Takeda —saludó con una breve reverencia —. La misión se ha llevado con éxito, señor —informó primeramente —. En el sótano de la mansión estaba el problema —comenzó, para luego tomar aire lentamente, sabiendo que lo que venía iba a ser largo —. Al parecer hacía un tiempo que su casa había sido víctima de un Fuuinjutsu, una técnica de sellado que hacía a los que vivían allí ver y vivir cosas extrañas, señor —su voz sonaba igual que siempre, aunque tenía sus manos entrelazadas detrás de su cuerpo, retorciéndolas como signo claro de nerviosismo, fuera del alcance de visión del Señor Takeda, o al menos eso intentaba —. Pero gracias a nuestros conocimientos sobre técnicas de sellado y habilidades, hemos logrado terminar con el problema, es más —pausó un momento —, hemos revisado toda la casa y está totalmente limpia —mencionó, con una tímida sonrisa en su rostro.
«Después de todo no es tanta mentira...»
—Sin embargo, el lugar donde estaba el sello, el sótano; se ha visto destruido por complicaciones en terminar con dicho sello, algunas complicaciones... —mencionó, moviendo la mano para restarle importancia —. Pero mire el lado positivo, la casa está intacta, el sótano no se utilizaba igualmente, después de todo estaba cerrado a cal y canto, así que no se preocupe, Señor Takeda.
»Puede ir a la mansión cuando quiera, que ya no hay nada que temer.
Terminó la joven, con otra reverencia por su parte. ¿Habría caído en su mentira? Después de todo, había intentado mentir lo mejor posible, o al menos maquillar la verdad por encima...