28/01/2018, 13:33
(Última modificación: 29/01/2018, 00:46 por Uchiha Akame.)
Estaba claro que en el resto de la casa no había nada de interés, aparte del propio estado de las habitaciones. Tras dar una vuelta de reconocimiento, el Kage Bunshin llegó a la conclusión de que allí habían asesinado a alguien de forma totalmente eficaz e inesperada. Todo parecía dispuesto como si el inquilino jamás hubiera esperado que su vida iba a terminar de repente.
Con esto bien claro, el tercer Kage Bunshin se esmeró por desactivar la intrincada red de explosivos que estaba colocada por toda la habitación mientras su hermano gemelo mantenía la puerta bien sujeta e inmóvil para prevenir una detonación repentina.
La habitación; esa era la clave. Había documentos en la mesita de noche, un uniforme militar colgado de un perchero —«Yataru Katori era militar, ¿cierto?»— y quién sabe qué más. Pero claro, no podría averiguarlo hasta haber desactivado la trampa.
Así pues, el Kage Bunshin siguió con su tarea; cortar los anclajes correctos sin que una veintena de sellos explosivos le reventasen en la cara.
Con esto bien claro, el tercer Kage Bunshin se esmeró por desactivar la intrincada red de explosivos que estaba colocada por toda la habitación mientras su hermano gemelo mantenía la puerta bien sujeta e inmóvil para prevenir una detonación repentina.
La habitación; esa era la clave. Había documentos en la mesita de noche, un uniforme militar colgado de un perchero —«Yataru Katori era militar, ¿cierto?»— y quién sabe qué más. Pero claro, no podría averiguarlo hasta haber desactivado la trampa.
Así pues, el Kage Bunshin siguió con su tarea; cortar los anclajes correctos sin que una veintena de sellos explosivos le reventasen en la cara.