28/01/2018, 16:57
— ¡Buenos días, chicos! Veo que estais cansados. Tendreís que espabilar, si es que vamos a trabajar aqui.
Parecía como que sonaba algo por alguna parte. ¿El qué? Ni idea. Solo podía pensar en los arañazos que tenía por todo el cuerpo de esas malditas zarzas. Estaba tan cómodo en mis sueños donde no estaba rodeado de un insufrible olor a planta y de bichos que solo existen para tocar los cojones, como las moscas. ¿Qué uso tienen? Ninguno. Así que yo me quedaba en mis sueños, donde los animales se alimentan del aire, las plantas solo existían como territorio prohibido para echar a los criminales y que sufran y Shiona-sama seguía entre nosotros.
Entonces, un olor inconfundible se coló en mi nariz, como un shinobi infiltrándose en la casa de un mafioso para apuñalarle el corazón, directo al objetivo. Y me levanté de golpe, asustando a Stuffy que empezó a ladrar a algo que estaba persiguiendo en sueños.
— ¿Eri-chan?
—¿Juro-san?
— ¿Juro?
Me giré y efectivamente, ahí estaba Juro. Me froté los ojos para quitarme las legañas y los hipopotamos que parecían estar empañandome la mirada, pero Juro seguía ahí. ¿Donde coño estaba?
—. ¡Qué coindicencia, no esp- ¿Nabi? —
— ¿Eri-chan?
Repetí, mientras recordaba todo el rollo de ayudar a Juro a pagar su deuda y la vez que casi le apuñalé el corazón. Qué tiempos aquellos.
— ¿Estoy soñando? ¿Qué haces tu también aquí?
— ¿Yo? ¿Y tú? ¿Conoces a Juro? ¿Cómo? ¿Cuando? ¿Por qué? ¿Y tú, Juro, como no me dijiste que conocías a Eri? ¿Qué más me ocultas? ¿No conocerás a Datsue verdad?
El nombre de Datsue había despertado a Stuffy que empezó a gruñir con enfado al aire mientras se acercaba a Eri para saludarla, y obviamente cuando la encaró sacó la lengua y empezó a gemir pidiendo amor. Si es que era tonto para lo que quería.
Parecía como que sonaba algo por alguna parte. ¿El qué? Ni idea. Solo podía pensar en los arañazos que tenía por todo el cuerpo de esas malditas zarzas. Estaba tan cómodo en mis sueños donde no estaba rodeado de un insufrible olor a planta y de bichos que solo existen para tocar los cojones, como las moscas. ¿Qué uso tienen? Ninguno. Así que yo me quedaba en mis sueños, donde los animales se alimentan del aire, las plantas solo existían como territorio prohibido para echar a los criminales y que sufran y Shiona-sama seguía entre nosotros.
Entonces, un olor inconfundible se coló en mi nariz, como un shinobi infiltrándose en la casa de un mafioso para apuñalarle el corazón, directo al objetivo. Y me levanté de golpe, asustando a Stuffy que empezó a ladrar a algo que estaba persiguiendo en sueños.
— ¿Eri-chan?
—¿Juro-san?
— ¿Juro?
Me giré y efectivamente, ahí estaba Juro. Me froté los ojos para quitarme las legañas y los hipopotamos que parecían estar empañandome la mirada, pero Juro seguía ahí. ¿Donde coño estaba?
—. ¡Qué coindicencia, no esp- ¿Nabi? —
— ¿Eri-chan?
Repetí, mientras recordaba todo el rollo de ayudar a Juro a pagar su deuda y la vez que casi le apuñalé el corazón. Qué tiempos aquellos.
— ¿Estoy soñando? ¿Qué haces tu también aquí?
— ¿Yo? ¿Y tú? ¿Conoces a Juro? ¿Cómo? ¿Cuando? ¿Por qué? ¿Y tú, Juro, como no me dijiste que conocías a Eri? ¿Qué más me ocultas? ¿No conocerás a Datsue verdad?
El nombre de Datsue había despertado a Stuffy que empezó a gruñir con enfado al aire mientras se acercaba a Eri para saludarla, y obviamente cuando la encaró sacó la lengua y empezó a gemir pidiendo amor. Si es que era tonto para lo que quería.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)