29/01/2018, 12:11
No pasó mucho tiempo hasta que una jovencita risueña se presentó para tomarles nota. Los compañeros de Daruu hicieron caso omiso de sus quejas y el genin desvió la cabeza, molesto. Kōri pidió un agua fría y Ayame un agua del tiempo. La muchacha se dirigió hacia un Daruu que ni siquiera le sostenía la mirada.
—Agua para beber —sentenció—. Nada para comer. Gracias.
Al contrario que a su compañera, Daruu no tenía ni pizca de compasión con los dueños del local. Pese a que el tono con el que hablaba era completamente respetuoso, el muchacho se había decidido a no probar nada que tuviera forma de pez.
Y lo llevaría hasta el final.
—Agua para beber —sentenció—. Nada para comer. Gracias.
Al contrario que a su compañera, Daruu no tenía ni pizca de compasión con los dueños del local. Pese a que el tono con el que hablaba era completamente respetuoso, el muchacho se había decidido a no probar nada que tuviera forma de pez.
Y lo llevaría hasta el final.