Datsue afirmó. Estaba preparado, y se le veía confiado. Le guiñó un ojo, y sin demora, ambos se afrontaron al pasado, junto a una muchedumbre de excavadores y un par de doctorados. Comenzaron a bajar, con paso firme aunque quizás un poco lento. Obviamente sobre seguro. A cada paso que daban, la oscuridad se hacía mas intensa, casi asfixiante. Lo único que podía verse por el pasillo era la poca cobertura que daban las tristes lamparas de aceites, transportadas por los obreros. Bajaron, poco a poco, mientras que iban dejando atrás —concretamente en los muros— retazos de historia. Los gravados que tenían a ambos lados eran tremendamente antiguos, y curiosos. Había un hombre que parecía el epicentro de todo, pues en numerosos relatos breves se repetía su silueta. Partos, festejos, batallas... habían todo tipo de relatos, aunque algo difíciles de entender mas que por su contexto gráfico.
«Vaya... éste tipo debe de tener una auténtica fortuna allá abajo...»
El Uchiha murmuró que conocía algo de lo que veía. Entre tanto, la vanguardia extrema topó con un obstáculo, y alertó del hecho. Se trataba de un agujero enorme, un pozo cuyo final ni se distinguía. La plana mayor de la excavación decidió que construirían algo para poder sobrepasar el obstáculo, y finalmente se fue hacia el exterior. El proceso tardaría casi hora y media, y allí solo estorbarían.
—Vaya faena... —murmuró la chica, que perfectamente podía continuar el camino.
La pelirroja miró al chico, y éste preguntó si quería salir también. Ésta se encogió de brazos, realmente le importaba un pimiento. Hiciese lo que hiciese, hasta que no terminaran de construir lo que fuese a hacer, no podrían continuar. Lejos de dejarlo así, el Uchiha mencionó haber reconocido un símbolo, y afirmó que le daba mala espina. Al parecer, ese símbolo no estaba nunca relacionado con algo bueno.
Ladeó un poco la cabeza, extrañada, y no pudo hacer nada por que se ceja se elevase hasta la altura del Everest. Se llevó la mano a la cabeza, y sacudió la cabellera levemente. —¿Y qué te da tan mala espina? —preguntó curiosa, cual gato.
Comenzó a andar hacia el exterior —aquí solo se ven dibujos sobre éste tipo. Parece que fue célebre, pero poco mas se puede ver por los dibujos...
«Vaya... éste tipo debe de tener una auténtica fortuna allá abajo...»
El Uchiha murmuró que conocía algo de lo que veía. Entre tanto, la vanguardia extrema topó con un obstáculo, y alertó del hecho. Se trataba de un agujero enorme, un pozo cuyo final ni se distinguía. La plana mayor de la excavación decidió que construirían algo para poder sobrepasar el obstáculo, y finalmente se fue hacia el exterior. El proceso tardaría casi hora y media, y allí solo estorbarían.
—Vaya faena... —murmuró la chica, que perfectamente podía continuar el camino.
La pelirroja miró al chico, y éste preguntó si quería salir también. Ésta se encogió de brazos, realmente le importaba un pimiento. Hiciese lo que hiciese, hasta que no terminaran de construir lo que fuese a hacer, no podrían continuar. Lejos de dejarlo así, el Uchiha mencionó haber reconocido un símbolo, y afirmó que le daba mala espina. Al parecer, ese símbolo no estaba nunca relacionado con algo bueno.
Ladeó un poco la cabeza, extrañada, y no pudo hacer nada por que se ceja se elevase hasta la altura del Everest. Se llevó la mano a la cabeza, y sacudió la cabellera levemente. —¿Y qué te da tan mala espina? —preguntó curiosa, cual gato.
Comenzó a andar hacia el exterior —aquí solo se ven dibujos sobre éste tipo. Parece que fue célebre, pero poco mas se puede ver por los dibujos...
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)