2/02/2018, 22:55
—No estés tan seguro —le aseguró la pelirroja, ladeando la cabeza —. Lo primero es centrarnos en la misión, luego ya, lo que surja.
La verdad es que ella solo quería centrarse en la misión y honrar con una victoria más a Uzushiogakure, y tampoco pensaba que la dejasen quedarse mucho tiempo allí de turismo después del cuidado que habían puesto en que llegasen pronto. Así que sin esperar más en el puerto, ambos decidieron dirigirse al museo.
Las calles parecían más pequeñas que la última vez que estuvo allí, y la verdad es que el bullicio lograba sacar lo peor de ella. ¿Por qué había tanta gente en un solo sitio? ¿No se ponían nerviosos por estar tan apegados los unos a los otros? Era algo horrible, tanto que no dudó en tomar la mano de Nabi —quien iba detrás de ella— para lograr no perderle por el camino, porque si alguno se perdía, seguramente no recuperarían los valiosos minutos que tardarían en reencontrarse.
Pero sus ojos, mirando hacia todos lados; lograron divisar una pequeña sombra azul de extraña piel. No pudo evitar girar ligeramente la cabeza, por curiosidad por algo tan extraño, sin embargo cuando quiso fijarse mejor aquella sombra había desaparecido entre la gente, quedando un bufido de la kunoichi como modo de protesta.
—¿Vas bien, Nabi? —preguntó alzando un tanto la voz, lo suficiente para que el Inuzuka la escuchara —. Si estás cansado podemos parar.
No se había dado cuenta pero el castillo aún se veía lejos y las calles parecían más empinadas que cuando habían comenzado a subir, por lo que las piernas comenzaban a molestarla. Pero no podría desistir ahí, tendrían que llegar lo antes posible, por lo que parar —si Nabi optaba por decir que no— no era una opción para ella.
La verdad es que ella solo quería centrarse en la misión y honrar con una victoria más a Uzushiogakure, y tampoco pensaba que la dejasen quedarse mucho tiempo allí de turismo después del cuidado que habían puesto en que llegasen pronto. Así que sin esperar más en el puerto, ambos decidieron dirigirse al museo.
Las calles parecían más pequeñas que la última vez que estuvo allí, y la verdad es que el bullicio lograba sacar lo peor de ella. ¿Por qué había tanta gente en un solo sitio? ¿No se ponían nerviosos por estar tan apegados los unos a los otros? Era algo horrible, tanto que no dudó en tomar la mano de Nabi —quien iba detrás de ella— para lograr no perderle por el camino, porque si alguno se perdía, seguramente no recuperarían los valiosos minutos que tardarían en reencontrarse.
Pero sus ojos, mirando hacia todos lados; lograron divisar una pequeña sombra azul de extraña piel. No pudo evitar girar ligeramente la cabeza, por curiosidad por algo tan extraño, sin embargo cuando quiso fijarse mejor aquella sombra había desaparecido entre la gente, quedando un bufido de la kunoichi como modo de protesta.
—¿Vas bien, Nabi? —preguntó alzando un tanto la voz, lo suficiente para que el Inuzuka la escuchara —. Si estás cansado podemos parar.
No se había dado cuenta pero el castillo aún se veía lejos y las calles parecían más empinadas que cuando habían comenzado a subir, por lo que las piernas comenzaban a molestarla. Pero no podría desistir ahí, tendrían que llegar lo antes posible, por lo que parar —si Nabi optaba por decir que no— no era una opción para ella.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)