2/02/2018, 23:13
(Última modificación: 2/02/2018, 23:18 por Inuzuka Nabi.)
—No estés tan seguro. Lo primero es centrarnos en la misión, luego ya, lo que surja.
Lo que surja. ¿Estaba... Eri... mandandome indirectas? No, imposible. O sí... Hemos sido elegidos a dedo por el kage más sabio desde Shiona, tal vez eso la había hecho ver que era algo más que un shinobi con perro. Bueno, qué puedo decir, iba con mi mejor indumentaria, con mi mejor pelo y mi mejor perro. Normal que se haya dado cuenta de lo genial que soy justo ahora.
Algo hizo descarrilar mi tren del pensamiento, una sombra azul, centré la vista en la persona en cuestión. Y vi una persona azul, tal cual, su piel era... ¡era azul! Intenté acercarme, pero la gente se comió al extrañ@ de piel y pelo azulinos en un santiamén. Dejándome con una duda insatisfecha y tenso con la idea de que los peces estaban empezando a suplantar a los humanos poco a poco, hasta que ver shinobis azules sea algo normal y entonces nos meterán en latas de conserva como atunes.
Le di varios golpecitos en el brazo a Eri para llamar su atención, con la mano que tenía libre, dándome cuenta de que la Uzumaki había aprisionado una de mis patas superiores con sus delicadas manos de princesa. Pero estaba demasiado turbado para disfrutarlo.
— Eri, Eri, Eri, Eri, Eri. ¿Has visto eso? ¡Una persona azul! ¿Lo has visto? Estaba ahí delante como si tal cosa. Eri, ¿lo has visto?
—¿Vas bien, Nabi? Si estás cansado podemos parar.
— Perfectamente, pero... ¿has visto la cosa azul? Eh, ¿la has visto?
Estaba demasiado ensimismado en el avistamiento de lo que podía ser un ente ajeno a la vida humana normal y corriente que teníamos el resto de mortales como para ponerme a pensar en si estaba cansado o no, además, tenía energía suficiente para caminar sobradamente. Si tuviera que cargar con un perro peludo y quejica aún podría cansarme, pero, por suerte, ya habíamos pasado esa etapa de su vida. Ahora se escabullía entre la muchedumbre mejor que yo incluso.
Además, ¿qué eran unas cuestas para shinobis que caminamos por paredes verticales y arboles como si nada? ¡Estamos hechos de acero y nuestras piernas de titanio! Aunque un descansito al llegar a la cima iba a ser obligatorio.
— ¿Queda mucho? Ya estuviste aquí con Juro, ¿no? Así que sabrás cuanto queda, ¿queda mucho?
Estaba nervioso, seguía buscando esa sombra con la mirada mientras intentaba no despegarme de Eri por si intentaban secuestrarla para transformarla en una sirena. ¡No iba a permitirlo! Nada de sirenas pelirrojas durante mi guardia. El problema era la comunicación, ya que Stuffy era totalmente inconsciente del peligro que corríamos con respecto a los peces. Pero había demasiada gente para pararnos, de momento.
Lo que surja. ¿Estaba... Eri... mandandome indirectas? No, imposible. O sí... Hemos sido elegidos a dedo por el kage más sabio desde Shiona, tal vez eso la había hecho ver que era algo más que un shinobi con perro. Bueno, qué puedo decir, iba con mi mejor indumentaria, con mi mejor pelo y mi mejor perro. Normal que se haya dado cuenta de lo genial que soy justo ahora.
Algo hizo descarrilar mi tren del pensamiento, una sombra azul, centré la vista en la persona en cuestión. Y vi una persona azul, tal cual, su piel era... ¡era azul! Intenté acercarme, pero la gente se comió al extrañ@ de piel y pelo azulinos en un santiamén. Dejándome con una duda insatisfecha y tenso con la idea de que los peces estaban empezando a suplantar a los humanos poco a poco, hasta que ver shinobis azules sea algo normal y entonces nos meterán en latas de conserva como atunes.
Le di varios golpecitos en el brazo a Eri para llamar su atención, con la mano que tenía libre, dándome cuenta de que la Uzumaki había aprisionado una de mis patas superiores con sus delicadas manos de princesa. Pero estaba demasiado turbado para disfrutarlo.
— Eri, Eri, Eri, Eri, Eri. ¿Has visto eso? ¡Una persona azul! ¿Lo has visto? Estaba ahí delante como si tal cosa. Eri, ¿lo has visto?
—¿Vas bien, Nabi? Si estás cansado podemos parar.
— Perfectamente, pero... ¿has visto la cosa azul? Eh, ¿la has visto?
Estaba demasiado ensimismado en el avistamiento de lo que podía ser un ente ajeno a la vida humana normal y corriente que teníamos el resto de mortales como para ponerme a pensar en si estaba cansado o no, además, tenía energía suficiente para caminar sobradamente. Si tuviera que cargar con un perro peludo y quejica aún podría cansarme, pero, por suerte, ya habíamos pasado esa etapa de su vida. Ahora se escabullía entre la muchedumbre mejor que yo incluso.
Además, ¿qué eran unas cuestas para shinobis que caminamos por paredes verticales y arboles como si nada? ¡Estamos hechos de acero y nuestras piernas de titanio! Aunque un descansito al llegar a la cima iba a ser obligatorio.
— ¿Queda mucho? Ya estuviste aquí con Juro, ¿no? Así que sabrás cuanto queda, ¿queda mucho?
Estaba nervioso, seguía buscando esa sombra con la mirada mientras intentaba no despegarme de Eri por si intentaban secuestrarla para transformarla en una sirena. ¡No iba a permitirlo! Nada de sirenas pelirrojas durante mi guardia. El problema era la comunicación, ya que Stuffy era totalmente inconsciente del peligro que corríamos con respecto a los peces. Pero había demasiada gente para pararnos, de momento.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)