3/02/2018, 23:54
La anciana dejó el comunicador con el que estaba hablando y lo guardó en uno de los cajones de su escritorio. Allí dentro la cosa parecía ir a mejor, pues las paredes de madera no tenían ningún adorno y el suelo estaba cubierto por una gran alfombra azul. Frente al escritorio había un par de sillas y detrás del mismo, un par de estanterías a los lados de una ventana a medio abrir.
—Vaya, pensaba que no vendríais —dijo la anciana, cruzándose de brazos y de piernas —. Bien, sentáos, que os comento un poco qué vais a hacer durante esta mañana, espero que no me defraudéis.
Sacó un par de manzanas y las dejó en una pequeña cesta de mimbre, tomando ella una que se llevó a los labios. Esperando que ambos chicos tomasen asiento. Una vez estuviesen frente a ella, continuaría hablando.
—Bien, chicos, este sitio es el Árbol del Amor, o también conocido como la mayor agencia de citas de todo el continente —explicó la mujer, mordiendo otro pedazo de manzana —. Nos guiamos por los gustos de nuestros clientes, por sus personalidades, pero no las pegamos como dos imanes, no, juzgamos por nuestro corazón, y de momento nos ha ido muy bien.
»Ahí es donde entráis vosotros, jóvenes, con poca experiencia. Es magnífico.
Sonrió abiertamente.
—Nos han llegado fichas de muchos jóvenes alrededor de dieciséis y dieciocho años, pero mis empleados son ya bastante mayores, necesitamos más carne fresca, ¿me seguís? —pausó —. Bien, por hoy os contrato como emparejadores oficiales, os asigno un despacho y una serie de fichas, las emparejáis y luego lo volvéis a reportar, ¿como si fuese una misión, eh?
Se levantó de su asiento y posó ambas manos sobre la madera de su escritorio, inclinándose hacia ellos para susurrar:
—Id a la puerta primera de esta misma planta, pondrá Madamme Sasaki, pero está vacía. Dentro encontraréis dos sillas y una gran mesa para ambos. Hay dos pilas de documentos, buena suerte.
—Vaya, pensaba que no vendríais —dijo la anciana, cruzándose de brazos y de piernas —. Bien, sentáos, que os comento un poco qué vais a hacer durante esta mañana, espero que no me defraudéis.
Sacó un par de manzanas y las dejó en una pequeña cesta de mimbre, tomando ella una que se llevó a los labios. Esperando que ambos chicos tomasen asiento. Una vez estuviesen frente a ella, continuaría hablando.
—Bien, chicos, este sitio es el Árbol del Amor, o también conocido como la mayor agencia de citas de todo el continente —explicó la mujer, mordiendo otro pedazo de manzana —. Nos guiamos por los gustos de nuestros clientes, por sus personalidades, pero no las pegamos como dos imanes, no, juzgamos por nuestro corazón, y de momento nos ha ido muy bien.
»Ahí es donde entráis vosotros, jóvenes, con poca experiencia. Es magnífico.
Sonrió abiertamente.
—Nos han llegado fichas de muchos jóvenes alrededor de dieciséis y dieciocho años, pero mis empleados son ya bastante mayores, necesitamos más carne fresca, ¿me seguís? —pausó —. Bien, por hoy os contrato como emparejadores oficiales, os asigno un despacho y una serie de fichas, las emparejáis y luego lo volvéis a reportar, ¿como si fuese una misión, eh?
Se levantó de su asiento y posó ambas manos sobre la madera de su escritorio, inclinándose hacia ellos para susurrar:
—Id a la puerta primera de esta misma planta, pondrá Madamme Sasaki, pero está vacía. Dentro encontraréis dos sillas y una gran mesa para ambos. Hay dos pilas de documentos, buena suerte.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)