4/02/2018, 00:17
—Puede, pero a lo mejor —rebatió Daruu, quien negaba con la cabeza—. Sería buena idea hacernos pasar por ninjas que vienen a recoger sus trabajos, y preguntar dónde vive. Si ha fallecido, supongo que alguien lo sabrá. Al fin y al cabo los ninjas de Amegakure venían periódicamente a consultarla. Si nos plantamos en su casa y no nos abre, y asumimos lo peor, quizás incurramos en un allanamiento. Si luego resulta que había salido a hacer la compra como cualquier viejecita adorable normal, a lo mejor la matamos nosotros de un infarto.
El genin se rio, pero Ayame hundió los hombros, desalentada. Y ella que creía que la suya era una buena idea...
—Tienes razón... —cedió.
Kōri, que había estado escuchando en silencio los argumentos de sus dos alumnos, terminó por asentir antes de echar a andar.
—Ambos tenéis un punto —cedió el Jōnin, mirando directamente a su hermana—. No podemos entrar directamente en casa de alguien por las buenas, podrían acusarnos de allanamiento de morada como dice Daruu-kun —afirmó, antes de volverse hacia el Hyūga—. Sin embargo, por lo que nos han informado de la misión, Amegakure lleva un tiempo tener noticias de Shiruuba-san. Si preguntamos por ahí, podríamos levantar alarmas indeseadas y la gente podría extrañarse o incluso llegar a sospechar que tenemos malas intenciones con esta mujer. Prefiero llevar esta tarea con la mayor discreción posible y que cuanta menos gente conozca por qué estamos aquí, mejor. Por eso, por lo pronto lo que debemos hacer es acercarnos hasta allí y llamar a la puerta con normalidad. Si no recibimos respuesta, te encargarás de echarle un vistazo al interior con toda la discreción posible, Daruu-kun. Después de eso, y dependiendo de la respuesta que recibamos, decidiremos cómo actuar. ¿Entendido?
Ayame asintió varias veces.
—Entendido, Kōri...-sensei.
El genin se rio, pero Ayame hundió los hombros, desalentada. Y ella que creía que la suya era una buena idea...
—Tienes razón... —cedió.
Kōri, que había estado escuchando en silencio los argumentos de sus dos alumnos, terminó por asentir antes de echar a andar.
—Ambos tenéis un punto —cedió el Jōnin, mirando directamente a su hermana—. No podemos entrar directamente en casa de alguien por las buenas, podrían acusarnos de allanamiento de morada como dice Daruu-kun —afirmó, antes de volverse hacia el Hyūga—. Sin embargo, por lo que nos han informado de la misión, Amegakure lleva un tiempo tener noticias de Shiruuba-san. Si preguntamos por ahí, podríamos levantar alarmas indeseadas y la gente podría extrañarse o incluso llegar a sospechar que tenemos malas intenciones con esta mujer. Prefiero llevar esta tarea con la mayor discreción posible y que cuanta menos gente conozca por qué estamos aquí, mejor. Por eso, por lo pronto lo que debemos hacer es acercarnos hasta allí y llamar a la puerta con normalidad. Si no recibimos respuesta, te encargarás de echarle un vistazo al interior con toda la discreción posible, Daruu-kun. Después de eso, y dependiendo de la respuesta que recibamos, decidiremos cómo actuar. ¿Entendido?
Ayame asintió varias veces.
—Entendido, Kōri...-sensei.