11/02/2018, 23:07
Pronto, los Uchiha dejaron atrás el bosque, y entraron en un terreno más bien llano. Desde allí, vieron la entrada del pueblo, protegida únicamente por una cerca de madera que lo rodeaba. Aunque el poblado tenía un tamaño considerable, pronto descubrirían que se trataba de un núcleo de casitas bajas dispuestas en zig-zag a lo largo de cuatro aspas como podrían ser las de un molino. En cada uno de los cuatro cuadrantes restantes había un campo de cultivo, aunque, a juzgar por los que vieron, a izquierda y a derecha de la entrada, estaban bastante abandonados.
Abandonado también parecía el pueblo. Igual que no había nadie vigilando, tampoco nadie paseaba por las calles. Caminaron durante un corto tiempo, y entonces descubrieron a una niña rubia, vestida con un camisón rosa. Se balanceaba sobre un columpio de aspecto rudimentario. Ahogó un grito cuando los vio, y se escondió detrás del árbol cuya rama hacía de soporte para las cuerdas.
—¡Papá, papáaaaa!
Dentro de la casa más cercana, hubo un pequeño revuelo. Un hombre fuerte, de casi dos metros de altura, vestido con un delantal de herrero, salió del edificio envuelto en una capa de sudor. Se puso delante de la niña dando dos zancadas enormes.
—¿Quiénes sois? ¿Qué hacéis aquí? —inquirió—. En Minoshi no nos gustan los extranjeros.
Los Uchiha tuvieron una sensación... parecida a la que se tiene cuando uno se sabe vigilado. Aunque, por supuesto, no había ojos a la vista.
Abandonado también parecía el pueblo. Igual que no había nadie vigilando, tampoco nadie paseaba por las calles. Caminaron durante un corto tiempo, y entonces descubrieron a una niña rubia, vestida con un camisón rosa. Se balanceaba sobre un columpio de aspecto rudimentario. Ahogó un grito cuando los vio, y se escondió detrás del árbol cuya rama hacía de soporte para las cuerdas.
—¡Papá, papáaaaa!
Dentro de la casa más cercana, hubo un pequeño revuelo. Un hombre fuerte, de casi dos metros de altura, vestido con un delantal de herrero, salió del edificio envuelto en una capa de sudor. Se puso delante de la niña dando dos zancadas enormes.
—¿Quiénes sois? ¿Qué hacéis aquí? —inquirió—. En Minoshi no nos gustan los extranjeros.
Los Uchiha tuvieron una sensación... parecida a la que se tiene cuando uno se sabe vigilado. Aunque, por supuesto, no había ojos a la vista.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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