14/02/2018, 19:43
El hermano de Eri, ignorandome por completo, se giró para decirle a Juro que no había carne. ¡Como si yo no existiera! Vamos, como me pasaba siempre. Pero que un superior de Uzushiogakure hablase con un inferior kuseño antes que conmigo era algo inédito para mi corazón. Estaba claro que lo de que Eri me ignorase le venía de familia. ¿Qué clase de maldición nos echaron a los Inuzuka para ser invisible para los Uzumaki? Espera, ¡si yo soy medio Uzumaki! ¿Es por eso que no me quieren ver? ¿Soy una existencia deshonrosa para su clan?
De nuevo, el hermano de Eri nos obvió a ambos, despidiéndose solo de su hermana. Al menos ahora también había odiado profundamente a Juro en su despedida.
Eri nos instó a ponernos en marcha siguiendo las indicaciones de su hermano, y Juro fue el primero en andar. Un extraño escalofrío recorrió mi espalda, me removí un poco sin entender muy bien a qué había venido ese acontecimiento, tal vez mi cuerpo intentaba advertirme de algo. Pero lo ignoré.
Por suerte, haciendo algún tipo de mecanismo capaz de saltarse las normas preestablecidas de espacio llamado andar nos plantamos ante un edificio que se autoproclamaba "Las Lianas del Fuego". Era grande, era rojo y de puerta negra, lo cual, en un sitio donde todo eran arboles verdes y marrones, resaltaba más que un pollo en medio de gallinas.
— Pues esto va a ser
Regla numero uno, nunca entrar el primero en un restaurante. Así que esperé a que alguno de mis queridos compañeros se ofreciese voluntario.
De nuevo, el hermano de Eri nos obvió a ambos, despidiéndose solo de su hermana. Al menos ahora también había odiado profundamente a Juro en su despedida.
Eri nos instó a ponernos en marcha siguiendo las indicaciones de su hermano, y Juro fue el primero en andar. Un extraño escalofrío recorrió mi espalda, me removí un poco sin entender muy bien a qué había venido ese acontecimiento, tal vez mi cuerpo intentaba advertirme de algo. Pero lo ignoré.
Por suerte, haciendo algún tipo de mecanismo capaz de saltarse las normas preestablecidas de espacio llamado andar nos plantamos ante un edificio que se autoproclamaba "Las Lianas del Fuego". Era grande, era rojo y de puerta negra, lo cual, en un sitio donde todo eran arboles verdes y marrones, resaltaba más que un pollo en medio de gallinas.
— Pues esto va a ser
Regla numero uno, nunca entrar el primero en un restaurante. Así que esperé a que alguno de mis queridos compañeros se ofreciese voluntario.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)