15/02/2018, 00:58
La pelirroja había quedado un tanto distraída, observando el interior del sarcófago, o quizás la nada. Su mirada estuvo perdida durante un buen rato, haciendo caso omiso a lo que el resto estaba haciendo. De pronto, Datsue reclamó su atención, en pos de que ayudase con su técnica de origami. La chica rápidamente buscó con la mirada al chico, aunque no se había enterado del todo del propósito.
«¿Qué..?»
De pronto, vio como el profesor Roshi y el chico andaban en uno de los flancos de la sala, antepuestos a una especie de agujero que había en la misma pared. Aiko recortó las distancias, sin soltar una sola palabra, aún le daba vueltas a lo del sarcófago. Sin embargo, al llegar algo llamó realmente su atención. Con la leve luz que desprendía la lampara que tenía entre manos el profesor, se podía vislumbrar unas muecas de arañazos creadas directamente en la roca. Literalmente habían excavado un túnel desde el exterior, y olía tremendamente mal, casi a descomposición.
¿Qué clase de animal era capaz de eso?
La chica se adelantó un poco, hasta atravesar levemente con la cabeza el umbral del mismo agujero —¿qué coño ha sido capaz de hacer éste túnel con las manos... o garras? —preguntó curiosa, puesto que no conocía de ningún tipo de criatura o persona capaz de tal hazaña. Sin demasiada objeción, alzó la mano hasta posicionarla a la altura de su pecho, y desde ésta se desprendieron un centenar de papeles. Los mismos fueron plegándose y plegándose, hasta tomar la forma de mariposas de origami, que con un ritmo que casi parecía una danza, fueron avanzando por el mismo túnel de tierra y rocas.
—Voy a mirar hasta donde llevan...
Obviamente, si no encontraban una salida a ese túnel con algo de luz, poco iba a ver la chica. Pero bueno, golpeando absolutamente todo a su camino, las mariposas llegarían hasta algún sitio tras atravesar a ciegas el túnel.
«¿Qué..?»
De pronto, vio como el profesor Roshi y el chico andaban en uno de los flancos de la sala, antepuestos a una especie de agujero que había en la misma pared. Aiko recortó las distancias, sin soltar una sola palabra, aún le daba vueltas a lo del sarcófago. Sin embargo, al llegar algo llamó realmente su atención. Con la leve luz que desprendía la lampara que tenía entre manos el profesor, se podía vislumbrar unas muecas de arañazos creadas directamente en la roca. Literalmente habían excavado un túnel desde el exterior, y olía tremendamente mal, casi a descomposición.
¿Qué clase de animal era capaz de eso?
La chica se adelantó un poco, hasta atravesar levemente con la cabeza el umbral del mismo agujero —¿qué coño ha sido capaz de hacer éste túnel con las manos... o garras? —preguntó curiosa, puesto que no conocía de ningún tipo de criatura o persona capaz de tal hazaña. Sin demasiada objeción, alzó la mano hasta posicionarla a la altura de su pecho, y desde ésta se desprendieron un centenar de papeles. Los mismos fueron plegándose y plegándose, hasta tomar la forma de mariposas de origami, que con un ritmo que casi parecía una danza, fueron avanzando por el mismo túnel de tierra y rocas.
—Voy a mirar hasta donde llevan...
Obviamente, si no encontraban una salida a ese túnel con algo de luz, poco iba a ver la chica. Pero bueno, golpeando absolutamente todo a su camino, las mariposas llegarían hasta algún sitio tras atravesar a ciegas el túnel.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)