15/02/2018, 17:06
Las sigilosas mariposas esclavas de Aiko se internaron en el túnel. En efecto, allí no había luz ninguna, de modo que el enjambre de origami tuvo que avanzar a base de ensayo y error por el angosto pasadizo; una cosa era clara, el túnel ascendía.
Las mariposas tardaron casi media hora en volver hasta el cuerpo de Aiko y, una vez fueron asimiladas por la kunoichi, la información que habían sido capaces de recolectar se reprodujo en su mente como un casette viejo y estropeado.
El túnel era sumamente angosto y muy oscuro, con espacio suficiente para que pasaran dos personas una junto a la otra, o alguien muy grande en solitario. Ascendía por la tierra y la roca hasta desembocar en la fina arena del desierto, a ras de suelo. Aquello significaba que había una salida, claro... Y a juzgar por el camino que habían recorrido bajo tierra en aquella tumba, debía estar a unos quinientos metros o algo más del campamento de la expedición.
Las mariposas tardaron casi media hora en volver hasta el cuerpo de Aiko y, una vez fueron asimiladas por la kunoichi, la información que habían sido capaces de recolectar se reprodujo en su mente como un casette viejo y estropeado.
El túnel era sumamente angosto y muy oscuro, con espacio suficiente para que pasaran dos personas una junto a la otra, o alguien muy grande en solitario. Ascendía por la tierra y la roca hasta desembocar en la fina arena del desierto, a ras de suelo. Aquello significaba que había una salida, claro... Y a juzgar por el camino que habían recorrido bajo tierra en aquella tumba, debía estar a unos quinientos metros o algo más del campamento de la expedición.