Encaminados todos por el no demasiado amplio túnel, y buscando aire puro, el grupo se adentró por la oscuridad mas abosulta, alumbrados ocasionalmente por el grupo de profesores. El camino de pronto comenzó a ser menos cómodo —si es que cabía— tomando una inclinación que obviamente los académicos no llegaban a poder enfrentar del todo. El director de la expedición asomó por la subida, y no dudó en exponer su duda. Lamentablemente, pocas opciones mas habían...
Quisiera o no, debían afrontar esa única salida. La chica se encogió de hombros, algo mas adelantada, como insinuando lo que era irremediable. ¿Qué mas decir? podía hacerle hasta un croquis, pero realmente... ¿hacía falta?
—O avanzamos, o simplemente... —la chica de pronto topó con algo que la luz no había iluminado del todo, y terminó por guardarse las palabras en un saco roto. Al ver un poco mejor de qué se trataba, las palabras no tardarían en relucir.
La pelirroja pegó un brinco, y se agarró de Datsue tan fuerte casi como su grito... —¿¡LA MADRE QUE ME PARIÓ!?
Ella había tenido muchas y concurrentes experiencias con la muerte, pero un cadáver... siempre podía darle un buen susto, y mas a oscuras. Rápidamente intentaría soltarse del chico, que tendría el brazo hinchado del apretón de la kunoichi. Disimular no iba a servir, no después de ese grito y esa reacción, así que no podía negar lo innegable.
—Que puto susto me ha dado el cabrón... —terminó por aceptar —es... ¿Jonaro?
Quisiera o no, debían afrontar esa única salida. La chica se encogió de hombros, algo mas adelantada, como insinuando lo que era irremediable. ¿Qué mas decir? podía hacerle hasta un croquis, pero realmente... ¿hacía falta?
—O avanzamos, o simplemente... —la chica de pronto topó con algo que la luz no había iluminado del todo, y terminó por guardarse las palabras en un saco roto. Al ver un poco mejor de qué se trataba, las palabras no tardarían en relucir.
La pelirroja pegó un brinco, y se agarró de Datsue tan fuerte casi como su grito... —¿¡LA MADRE QUE ME PARIÓ!?
Ella había tenido muchas y concurrentes experiencias con la muerte, pero un cadáver... siempre podía darle un buen susto, y mas a oscuras. Rápidamente intentaría soltarse del chico, que tendría el brazo hinchado del apretón de la kunoichi. Disimular no iba a servir, no después de ese grito y esa reacción, así que no podía negar lo innegable.
—Que puto susto me ha dado el cabrón... —terminó por aceptar —es... ¿Jonaro?
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)