24/02/2018, 22:58
Daruu giró el picaporte y entró a la habitación de Ayame. La muchacha estaba sentada en la cama, con un bloc de notas apoyado entre las dos piernas y sujetando un lápiz. Daruu se acercó, la cogió de la barbilla, se agachó un poco y le plantó un dulce beso en los labios. Luego, se retiró unos pasos y se dejó caer sobre el sofá. Dejó escapar un largo y tendido suspiro, y se pellizcó la frente con los dedos índice y pulgar de su mano izquierda.
—Arrrggh... No quería estar sólo en un sitio como este, sólo eso. Y ni siquiera tengo sueño —dijo, sin que nadie le hubiera pedido una explicación—. ¿Qué haces?
—Arrrggh... No quería estar sólo en un sitio como este, sólo eso. Y ni siquiera tengo sueño —dijo, sin que nadie le hubiera pedido una explicación—. ¿Qué haces?