25/02/2018, 20:53
El director expresó que al norte podían llegar hasta las Llanuras de la Tempestad Eterna. Quizás para cualquier otro esa era una mala noticia, pero la chica era del país de la tormenta, y conocía casi que bastante bien esas tierras. Era perfecto, un salvoconducto que aseguraba que saliesen de allí sin morir al menos un par de veces... aunque bueno, si eso sucedía, Datsue no tenía continues; seguramente perecería por completo, y eso era realmente una pena...
Contestado aún al razonamiento de sendos shinobis, el profesor intentó entrar en razón a los chicos, asegurando que lo que planteaba era del todo creíble y les vendría de fábula. Quizás para él era la mejor de las opciones, pero para el par de shinobis no era mas que ensuciar su renombre. Banadoru por su parte no estaba seguro, dudaba de todo, hasta de su propia existencia. Sin duda, el miedo lo tenía dominado. Pero el profesor no le dejó hundirse en su propia miseria, inquirió que retomase la razón, y solicitó a los shinobis ayuda para salir de ese agujero.
Datsue, con unos ojos mas brillantes que los tesoros de la antesala funeraria, mostró cierta afinidad hacia la idea del profesor. Parecía dispuesto a intentarlo, aunque evidentemente —como buen shinobi— tenía una vía de escape pensada, la cual compartió con su compañera de aventura.
—Está bien, podemos intentarlo. Igual, si nos vemos en el apuro y tenemos que huir, conozco bastante bien las Llanuras... puede ser una buena ruta de escape.
El Uchiha tomó a su espalda a uno de los hombres de libros, y con bastante esfuerzo comenzó a subir por la pared, ayudado por una fina capa de chakra tanto a los pies como a las manos. Quedaban la chica y el miembro restante del club del libro. La diferencia, era que claramente la chica no iba a poder con el hombre a sus espaldas, ni por asomo...
La chica deshizo su cuerpo en papeles, una enorme cantidad de papeles; aunque solo deshizo la mitad de su cuerpo. Los papeles que flotaron por unos segundos a su alrededor, tomaron la forma de la chica en mismas condiciones, en un total de dos chicas que flotaban como fantasmas. Una sola chica era incapaz de arrastrar con el hombre, pero entre las tres quizás podrían.
—Vamos, agárrese.
Entre las tres chicas, llevarían al hombre hacia lo mas alto, y una vez fuera del agujero el par de chicas excedentes terminarían por desvanecerse en meros papeles.
Contestado aún al razonamiento de sendos shinobis, el profesor intentó entrar en razón a los chicos, asegurando que lo que planteaba era del todo creíble y les vendría de fábula. Quizás para él era la mejor de las opciones, pero para el par de shinobis no era mas que ensuciar su renombre. Banadoru por su parte no estaba seguro, dudaba de todo, hasta de su propia existencia. Sin duda, el miedo lo tenía dominado. Pero el profesor no le dejó hundirse en su propia miseria, inquirió que retomase la razón, y solicitó a los shinobis ayuda para salir de ese agujero.
Datsue, con unos ojos mas brillantes que los tesoros de la antesala funeraria, mostró cierta afinidad hacia la idea del profesor. Parecía dispuesto a intentarlo, aunque evidentemente —como buen shinobi— tenía una vía de escape pensada, la cual compartió con su compañera de aventura.
—Está bien, podemos intentarlo. Igual, si nos vemos en el apuro y tenemos que huir, conozco bastante bien las Llanuras... puede ser una buena ruta de escape.
El Uchiha tomó a su espalda a uno de los hombres de libros, y con bastante esfuerzo comenzó a subir por la pared, ayudado por una fina capa de chakra tanto a los pies como a las manos. Quedaban la chica y el miembro restante del club del libro. La diferencia, era que claramente la chica no iba a poder con el hombre a sus espaldas, ni por asomo...
La chica deshizo su cuerpo en papeles, una enorme cantidad de papeles; aunque solo deshizo la mitad de su cuerpo. Los papeles que flotaron por unos segundos a su alrededor, tomaron la forma de la chica en mismas condiciones, en un total de dos chicas que flotaban como fantasmas. Una sola chica era incapaz de arrastrar con el hombre, pero entre las tres quizás podrían.
—Vamos, agárrese.
Entre las tres chicas, llevarían al hombre hacia lo mas alto, y una vez fuera del agujero el par de chicas excedentes terminarían por desvanecerse en meros papeles.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)