26/02/2018, 22:21
¿Qué secretos milenarios habían dejado enterrados en la tumba? ¿Qué secretos desempolvados por otros se habían perdido? ¿Quién se había llevado el cuerpo del antiguo líder religioso de la cripta? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Y quién había cavado semejante túnel a tal profundidad y con tanta anchura?
Preguntas, preguntas y más preguntas que quedarían sin responder. Pese a que Uchiha Datsue se pasaría el resto de la noche aliviado por seguir vivo, no serían pocas los días —y las noches— en las que daría vueltas y más vueltas sobre la cama teorizando sobre lo sucedido. O debatiendo con su Hermano sobre los símbolos que allí había vislumbrado. Era curioso, aquello le había intrigado tanto que casi le hizo olvidarse de su verdadero objetivo en aquel viaje.
Casi.
De vuelta a Inaka, y de allí a los Bosques, Riscos y Ríos del País del Fuego, Datsue tuvo no pocas ocasiones en las que podría haberle robado el codiciado retrato a Aiko. Del Fuego a Yachi, las ocasiones se multiplicaron. De Yachi al Oeste, todavía más. Sin embargo, siempre había algo que le distraía. Una mirada que invitaba a pecar. Unos labios que exigían besar. Una mano que hacía un gesto para que se metiese de una vez en la cama. Una sonrisa. Una caricia. Un…
Pero no, Uchiha Datsue no se estaba enamorando. ¡Eso era de necios, y él era Datsue el Intrépido! No obstante, cuando no le quedó más remedio que despedirse de ella, le pidió volver a verse a la semana siguiente. Para robarle el retrato, se dijo. Y eso mismo se dijo para quedar a la siguiente. Y a la siguiente.
Y aunque se estaban tomando aquello como una relación liberal, en lo más estricto de la palabra, Datsue se sorprendía a veces pensando en ella. O contando los días que quedaban por volver a verla. O ilusionándose. O imaginando lo que estaría haciendo en aquellos momentos. O…
... o pensando qué coño le había pasado. Porque un día, simplemente, dejó de acudir a la cita.
Preguntas, preguntas y más preguntas que quedarían sin responder. Pese a que Uchiha Datsue se pasaría el resto de la noche aliviado por seguir vivo, no serían pocas los días —y las noches— en las que daría vueltas y más vueltas sobre la cama teorizando sobre lo sucedido. O debatiendo con su Hermano sobre los símbolos que allí había vislumbrado. Era curioso, aquello le había intrigado tanto que casi le hizo olvidarse de su verdadero objetivo en aquel viaje.
Casi.
De vuelta a Inaka, y de allí a los Bosques, Riscos y Ríos del País del Fuego, Datsue tuvo no pocas ocasiones en las que podría haberle robado el codiciado retrato a Aiko. Del Fuego a Yachi, las ocasiones se multiplicaron. De Yachi al Oeste, todavía más. Sin embargo, siempre había algo que le distraía. Una mirada que invitaba a pecar. Unos labios que exigían besar. Una mano que hacía un gesto para que se metiese de una vez en la cama. Una sonrisa. Una caricia. Un…
Pero no, Uchiha Datsue no se estaba enamorando. ¡Eso era de necios, y él era Datsue el Intrépido! No obstante, cuando no le quedó más remedio que despedirse de ella, le pidió volver a verse a la semana siguiente. Para robarle el retrato, se dijo. Y eso mismo se dijo para quedar a la siguiente. Y a la siguiente.
Y aunque se estaban tomando aquello como una relación liberal, en lo más estricto de la palabra, Datsue se sorprendía a veces pensando en ella. O contando los días que quedaban por volver a verla. O ilusionándose. O imaginando lo que estaría haciendo en aquellos momentos. O…
... o pensando qué coño le había pasado. Porque un día, simplemente, dejó de acudir a la cita.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado