27/02/2018, 00:39
—Joder —masculló el Uchiha ante las palabras de la doble agente. Aun así, entendió que ella no podría haber hecho nada por remediarlo y comprendió que gracias a su aviso tenían un pequeño margen para actuar; así que le dedicó una leve inclinación de cabeza y unas palabras de agradecimiento—. Gracias por avisarnos, Meiharu-san.
Sin embargo, y antes de que el Uchiha pudiera sugerir un plan para hacer frente a la contingencia, Shinjaka se apresuró a intervenir. Quiso saber más, y ante la respuesta de Meiharu —que no esclarecía demasiado—, el aprendiz de herrero se aventuró a sugerir algo que a Akame le sentó como una patada en los mismísimos pendientes reales.
El Uchiha bajó la mirada un momento, reflexivo. Luego se cruzó de brazos y clavó sus ojos negros de forma intermitente entre los de Shinjaka y los de la mujer. Torció los labios en una sonrisa amarga.
—Entiendan algo, señores —pese a que la mujer no se había sumado a la atrevida petición del gallardo aprendiz, Akame prefirió advertirla a ella también para futuras ocasiones—. Si estoy aquí es única y exclusivamente por ese muchacho que ahora Shinjaka-san amablemente sugiere abandonar a su suerte... Yo no tengo Marca alguna que saldar, y es sólo la deuda que tengo con Datsue-kun la que me ata a este lugar.
»Así que, sin mi compañero, a mí se me da un ardite lo que le pase o le deje de pasar al buen señor Shinzo. ¿Estamos?
Sin embargo, y antes de que el Uchiha pudiera sugerir un plan para hacer frente a la contingencia, Shinjaka se apresuró a intervenir. Quiso saber más, y ante la respuesta de Meiharu —que no esclarecía demasiado—, el aprendiz de herrero se aventuró a sugerir algo que a Akame le sentó como una patada en los mismísimos pendientes reales.
El Uchiha bajó la mirada un momento, reflexivo. Luego se cruzó de brazos y clavó sus ojos negros de forma intermitente entre los de Shinjaka y los de la mujer. Torció los labios en una sonrisa amarga.
—Entiendan algo, señores —pese a que la mujer no se había sumado a la atrevida petición del gallardo aprendiz, Akame prefirió advertirla a ella también para futuras ocasiones—. Si estoy aquí es única y exclusivamente por ese muchacho que ahora Shinjaka-san amablemente sugiere abandonar a su suerte... Yo no tengo Marca alguna que saldar, y es sólo la deuda que tengo con Datsue-kun la que me ata a este lugar.
»Así que, sin mi compañero, a mí se me da un ardite lo que le pase o le deje de pasar al buen señor Shinzo. ¿Estamos?