28/02/2018, 02:19
(Última modificación: 28/02/2018, 02:35 por Uchiha Datsue.)
Cuando sintió la mano aferrarse sobre su brazo, Datsue torció la vista hacia Toeru. No era miedo, ni temor, ni sorpresa lo que reflejaban sus ojos. Sino curiosidad. O eso, al menos, trató de transmitir, entremezclado con la característica calma que acompañaba a Etsu.
Entonces, el dueño del Molino Rojo reveló su preocupación: quería que se ocupase de Meiharu. Datsue sonrió internamente, vaya que si se pensaba ocupar.
—No tenga la menor duda —replicó, corto y conciso.
Que hubiesen seguido a Meiharu era un problema. Un problema gordo. Sabía que, probablemente, se había dirigido a aquella cabaña de la que habían hablado al principio, llamada la cabaña de Tontata. Esperaba no perderse por el camino, porque el Uchiha nunca había sido muy amigo de las indicaciones verbales.
Sin perder más tiempo, cruzó la sala a grandes zancadas para seguir descendiendo por el Molino Rojo. Una vez fuera, y tras alejarse de allí a grandes zancadas, empezó a correr como alma que llevaba el diablo tratando de seguir las indicaciones que Meiharu le había dado. «Derecha, izquierda. Izquierda, izquierda, derecha...» Corría y corría, tratando de no perderse, todavía embutido en su disfraz. Si los hombres de Toeru estaban allí, era la única forma de detener aquello sin llegar a las manos.
Entonces, el dueño del Molino Rojo reveló su preocupación: quería que se ocupase de Meiharu. Datsue sonrió internamente, vaya que si se pensaba ocupar.
—No tenga la menor duda —replicó, corto y conciso.
Que hubiesen seguido a Meiharu era un problema. Un problema gordo. Sabía que, probablemente, se había dirigido a aquella cabaña de la que habían hablado al principio, llamada la cabaña de Tontata. Esperaba no perderse por el camino, porque el Uchiha nunca había sido muy amigo de las indicaciones verbales.
Sin perder más tiempo, cruzó la sala a grandes zancadas para seguir descendiendo por el Molino Rojo. Una vez fuera, y tras alejarse de allí a grandes zancadas, empezó a correr como alma que llevaba el diablo tratando de seguir las indicaciones que Meiharu le había dado. «Derecha, izquierda. Izquierda, izquierda, derecha...» Corría y corría, tratando de no perderse, todavía embutido en su disfraz. Si los hombres de Toeru estaban allí, era la única forma de detener aquello sin llegar a las manos.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado