10/03/2018, 16:28
Juro observó a sus dos compañeros de mesa ojear la carta.
—Estoy esperando a que Nabi termine de mirar la carta —dijo Eri, aunque Juro notó que tampoco tenía muchas ganas de mirarla. ¿Se habría asustado con el lugar?
Nabi, por otra parte, estuvo echandole un vistazo, hasta luego hablar con él.
— Cualquier cosa que lleve carne está bien, o al menos que el caldo sea de carne. ¿Sabíais que hay gente que hace caldo de pescado? Qué asco. Juro, ¿en Kusa hacéis caldo de dinosaurio? Porque eso sí que tiene que estar bueno.
— Pues claro que hay caldo de pescado. No esta tan malo — protestó Juro, hastas escuchar lo de los dinusarios. No pudo evitar poner los ojos en blanco. ¿Otra vez esa chorrada? Juro no pudo más que seguirle el rollo. Quizá lo que debería hacer es llamarle idiota y hacerle callar, pero, como a un niño al que le dices que la magia existe, se sentía mal quitandole la ilusión a Nabi —. No. Los tratamos como animales sagrados. Y mejor dejemos el tema, no puedo decirte más.
Eri, quien parecía completamente ajena a la conversación, acabo decidiendo por sí misma el menú. Con una total desgana, afirmó su decisión.
—El primer bol de fideos normal
— Si, esta bien. Yo creo que pediré este de fideos con carne y verdura — murmuró Juro. Era el cuarto en la primera lista de la carta. Con eso estaría bien.
Cuando los tres hubieran decidido y dejaran las cartas a un lado, aparecería una mujer para tomarles nota.
Esta era mucho más joven que la anterior, rondando los veinte años. Aun así, tenía un peinado totalmente azul celeste, recogido en dos coletas, que le daban un aspecto más joven. Entorno a su cuello tenía un colgante de perlas. Vestía con una camiseta que parecía ser el eslogan del restaurante y unos vaqueros azules. En su mano derecha, llevaba una especie de abanico azulado, con el que se daba aire de vez en cuando. En la izquierda, una hoja que debería ser para las notas.
— ¿Qué van a tomar? — preguntó, con cortesía.
— El número cuatro y agua para beber — dijo Juro.
Juro dio su orden y esperó a que los demás lo hicieran. Una vez que recogiese la de los tres, se marcharía sin apuntar ni una sola palabra.
—Estoy esperando a que Nabi termine de mirar la carta —dijo Eri, aunque Juro notó que tampoco tenía muchas ganas de mirarla. ¿Se habría asustado con el lugar?
Nabi, por otra parte, estuvo echandole un vistazo, hasta luego hablar con él.
— Cualquier cosa que lleve carne está bien, o al menos que el caldo sea de carne. ¿Sabíais que hay gente que hace caldo de pescado? Qué asco. Juro, ¿en Kusa hacéis caldo de dinosaurio? Porque eso sí que tiene que estar bueno.
— Pues claro que hay caldo de pescado. No esta tan malo — protestó Juro, hastas escuchar lo de los dinusarios. No pudo evitar poner los ojos en blanco. ¿Otra vez esa chorrada? Juro no pudo más que seguirle el rollo. Quizá lo que debería hacer es llamarle idiota y hacerle callar, pero, como a un niño al que le dices que la magia existe, se sentía mal quitandole la ilusión a Nabi —. No. Los tratamos como animales sagrados. Y mejor dejemos el tema, no puedo decirte más.
Eri, quien parecía completamente ajena a la conversación, acabo decidiendo por sí misma el menú. Con una total desgana, afirmó su decisión.
—El primer bol de fideos normal
— Si, esta bien. Yo creo que pediré este de fideos con carne y verdura — murmuró Juro. Era el cuarto en la primera lista de la carta. Con eso estaría bien.
Cuando los tres hubieran decidido y dejaran las cartas a un lado, aparecería una mujer para tomarles nota.
Esta era mucho más joven que la anterior, rondando los veinte años. Aun así, tenía un peinado totalmente azul celeste, recogido en dos coletas, que le daban un aspecto más joven. Entorno a su cuello tenía un colgante de perlas. Vestía con una camiseta que parecía ser el eslogan del restaurante y unos vaqueros azules. En su mano derecha, llevaba una especie de abanico azulado, con el que se daba aire de vez en cuando. En la izquierda, una hoja que debería ser para las notas.
— ¿Qué van a tomar? — preguntó, con cortesía.
— El número cuatro y agua para beber — dijo Juro.
Juro dio su orden y esperó a que los demás lo hicieran. Una vez que recogiese la de los tres, se marcharía sin apuntar ni una sola palabra.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60