27/03/2018, 23:01
El grupo siguió con su tranquila cena mientras el camarero regresaba con la cuenta y las llaves de la habitación que había solicitado Kōri. El Jōnin pagó y poco después se levantaron de la mesa y subieron las escaleras para llegar a su anhelado descanso. La habitación en cuestión correspondía a la primera puerta que encontraron a mano derecha. Puerta de la que se encargó El Hielo. Ayame se adelantó para entrar a la habitación tras él, pero entonces sintió que Daruu la agarraba de repente del brazo y la obligaba a girarse hacia él.
—Espera. No voy a aguantar la noche entera sin hacer esto.
Ayame ladeó la cabeza, interrogante. Pero antes de que pudiera formular siquiera la pregunta, Daruu la atrajo repentinamente hacia él y sus labios se unieron en un beso cargado de pasión...
Fue entonces cuando vio a través de sus párpados cerrados el destello. Y un potente golpe la empujó hacia atrás y la arrojó al suelo. Y un intenso calor abrasó su torso. Fuego. Sumando otra más a las quemaduras que ya lucía en su desgastado cuerpo.
Ayame gritó.
Y la temperatura de la habitación descendió súbitamente.
Kōri se giró con sus ojos lanzando gélidos destellos en la penumbra. Y Daruu se vio con los pies atrapados en una capa de hielo que hacía un momento no estaba allí. El Hielo se plantó frente a su alumno en apenas un parpadeo, en su mano sosteniendo una estaca de hielo que apoyó sobre su cuello.
—Ahora me vas a explicar qué significa esto... —siseó, y en su voz átona se destilaba el gélido aliento de la muerte.
»Y por qué un Hyūga conoce una técnica de Uchiha.
—Espera. No voy a aguantar la noche entera sin hacer esto.
Ayame ladeó la cabeza, interrogante. Pero antes de que pudiera formular siquiera la pregunta, Daruu la atrajo repentinamente hacia él y sus labios se unieron en un beso cargado de pasión...
Fue entonces cuando vio a través de sus párpados cerrados el destello. Y un potente golpe la empujó hacia atrás y la arrojó al suelo. Y un intenso calor abrasó su torso. Fuego. Sumando otra más a las quemaduras que ya lucía en su desgastado cuerpo.
Ayame gritó.
Y la temperatura de la habitación descendió súbitamente.
Kōri se giró con sus ojos lanzando gélidos destellos en la penumbra. Y Daruu se vio con los pies atrapados en una capa de hielo que hacía un momento no estaba allí. El Hielo se plantó frente a su alumno en apenas un parpadeo, en su mano sosteniendo una estaca de hielo que apoyó sobre su cuello.
—Ahora me vas a explicar qué significa esto... —siseó, y en su voz átona se destilaba el gélido aliento de la muerte.
»Y por qué un Hyūga conoce una técnica de Uchiha.