4/04/2018, 00:27
Las miradas de Akame y Hanabi se encontraron. Las palabras del Uchiha, bien medidas, llegaron con eufemismos a los oídos de Hanabi, quien gracias a un filtro que sólo se consigue por edad y experiencia, descifró transformándolas en una sanguinaria historia. El Uzukage le mantuvo la mirada un momento, entrecerrando los párpados, y luego le dio la vuelta a su sillón soltando un quedo suspiro.
—Hay gente muy capaz investigando lo sucedido —dijo, cortante—. Akame, que no te ciegue el odio y la venganza. El trabajo no debe mezclarse con problemas personales. Deberías saber esto, al fin y al cabo, eres todo un jounin.
—Id a descansar, o a celebrar vuestra nueva posición. Os lo merecéis.
En la cabeza de Akame resonó un canto fúnebre:
—Hay gente muy capaz investigando lo sucedido —dijo, cortante—. Akame, que no te ciegue el odio y la venganza. El trabajo no debe mezclarse con problemas personales. Deberías saber esto, al fin y al cabo, eres todo un jounin.
—Id a descansar, o a celebrar vuestra nueva posición. Os lo merecéis.
En la cabeza de Akame resonó un canto fúnebre:
«Alguien como tú no debería pedir permiso, Akame-kun. Debería actuar.»
«Finje que te valora, pero te ha ascendido a jounin sólo porque te tiene miedo. Miedo de lo que podríamos hacer juntos.»
«Seguro que estaba vigilando por las cámaras cuando Raito os suspendió. Seguro que te vio la cara. Seguro que temió tenerte en su contra. Esto es sólo un caramelo para un niño rebelde.»