4/04/2018, 16:13
Sin embargo, su petición no tuvo la misma acogida que la de Datsue. Hanabi, que se había mostrado receptivo e interesado en las inquietudes docentes del menor de los Hermanos, respondió con actitud cortante y un argumento demoledor al que Akame no pudo replicar. El Uzukage estaba en lo cierto; un ninja nunca debía dejarse llevar por sus sentimientos.
—Sí, Uzukage-sama —respondió el ahora jōnin, consciente de que acababa de ser reprendido con todas las de la ley—. Con permiso.
Akame se volteó tras dedicarle una última inclinación de cabeza a su Kage y salió del despacho. Una vez en el pasillo notó cómo un repentino cansancio le invadía, amenazando con hacerle perder el conocimiento. Se llevó una mano a las sienes y se las masajeó con paciencia.
Había vivido demasiadas cosas aquella misma noche. Una detrás de otra. Necesitaba descansar.
Esperó a que Datsue saliera del despacho y luego se encaminó a casa junto a su Hermano, todavía con la voz del Ichibi resonando en sus pensamientos. En ese momento, el joven Uchiha sólo tenía una respuesta para el demonio de Una Cola.
«Empieza por dejarme dormir esta noche, Ichibi-san...»
—Sí, Uzukage-sama —respondió el ahora jōnin, consciente de que acababa de ser reprendido con todas las de la ley—. Con permiso.
Akame se volteó tras dedicarle una última inclinación de cabeza a su Kage y salió del despacho. Una vez en el pasillo notó cómo un repentino cansancio le invadía, amenazando con hacerle perder el conocimiento. Se llevó una mano a las sienes y se las masajeó con paciencia.
Había vivido demasiadas cosas aquella misma noche. Una detrás de otra. Necesitaba descansar.
Esperó a que Datsue saliera del despacho y luego se encaminó a casa junto a su Hermano, todavía con la voz del Ichibi resonando en sus pensamientos. En ese momento, el joven Uchiha sólo tenía una respuesta para el demonio de Una Cola.
«Empieza por dejarme dormir esta noche, Ichibi-san...»