4/04/2018, 18:24
Datsue aguardó callado y expectante mientras Hanabi manejaba la delicada situación de Akame y su particular venganza. Un deseo que el Uzukage supo reconducir de la mejor manera, recordándole esa profesionalidad de la que siempre solía hacer gala. No obstante, conocía demasiado bien a su Hermano como para creer que se habían aplacado sus ansias de venganza de manera tan sencilla.
No, su necesidad de matar a los que acabaron con la vida de su novia seguía en él, latente, aguardando su oportunidad tal y como hacía Shukaku.
Suspiró.
—A vuestras órdenes, Uzukage-sama —¿Qué fuesen a celebrar su ascenso? Nunca una orden le había parecido tan fácil de cumplir.
Cuando salió del edificio del Uzukage, Datsue todavía estaba en una nube. Había pasado de creerse muerto, luego secuestrado por Zoku y más tarde un proyecto fracasado de chūnin, a un jōnin de plenos derechos. Semejante montaña rusa de emociones le había dejado con el cuerpo hecho polvo, como si acabase de hacer todo un maratón.
No obstante, el deber era el deber.
—¿A dónde coño vas? —preguntó a Akame, cuando le vio enfilando a casa—. ¡Tenemos una orden que cumplir: esto hay que celebrarlo, hostia! —Joder, se moría de ganas de usar su nueva posición. De hacer uso del mal llamado abuso de poder. De aprovecharse de su rango para vengarse de algunos listillos con los que todavía tenía cuentas. Una sonrisilla maliciosa se dibujó en su rostro, mientras la cara de un joven y su perro se materializaba en su mente. Luego, sacudió la cabeza. «Pero es demasiado pronto. Demasiado pronto… Lo mejor por ahora será mantener un perfil bajo, no vayan a replantearse mi ascenso»—. ¡Venga! —le dio una palmada en el hombro a su Hermano—, conozco un garito que casualmente se inauguraba hoy. ¡Las dos primeras consumiciones son gratis!
Aquella noche, Uchiha Datsue no pudo dormir. Por una vez en mucho tiempo, no fue por culpa del Ichibi.
No, su necesidad de matar a los que acabaron con la vida de su novia seguía en él, latente, aguardando su oportunidad tal y como hacía Shukaku.
Suspiró.
—A vuestras órdenes, Uzukage-sama —¿Qué fuesen a celebrar su ascenso? Nunca una orden le había parecido tan fácil de cumplir.
Cuando salió del edificio del Uzukage, Datsue todavía estaba en una nube. Había pasado de creerse muerto, luego secuestrado por Zoku y más tarde un proyecto fracasado de chūnin, a un jōnin de plenos derechos. Semejante montaña rusa de emociones le había dejado con el cuerpo hecho polvo, como si acabase de hacer todo un maratón.
No obstante, el deber era el deber.
—¿A dónde coño vas? —preguntó a Akame, cuando le vio enfilando a casa—. ¡Tenemos una orden que cumplir: esto hay que celebrarlo, hostia! —Joder, se moría de ganas de usar su nueva posición. De hacer uso del mal llamado abuso de poder. De aprovecharse de su rango para vengarse de algunos listillos con los que todavía tenía cuentas. Una sonrisilla maliciosa se dibujó en su rostro, mientras la cara de un joven y su perro se materializaba en su mente. Luego, sacudió la cabeza. «Pero es demasiado pronto. Demasiado pronto… Lo mejor por ahora será mantener un perfil bajo, no vayan a replantearse mi ascenso»—. ¡Venga! —le dio una palmada en el hombro a su Hermano—, conozco un garito que casualmente se inauguraba hoy. ¡Las dos primeras consumiciones son gratis!
Aquella noche, Uchiha Datsue no pudo dormir. Por una vez en mucho tiempo, no fue por culpa del Ichibi.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado