8/04/2018, 01:57
La mano del guarura empezó a temblar, y la hoja por poco y se le resbala de las manos. Decidió entonces abalanzar aquella arma hacia el mensajero, pero luego se arrepintió; y se debatió entre esas dos líneas de acción al menos una docena de veces en su cabeza. Pero en cuanto estuvo a punto de tomar la decisión equivocada, imperó la razón por sobre cualquier otra cosa. No porque fuera el hombre más resolutivo ni mucho menos, sino que el desconocido no parecía haberse inmutado por su aparente represalia. Y aquello le descojonaba.
Se secó el sudor de la frente con la diestra, y señaló al mensajero, de nuevo.
—Anda, lárgate antes de que me arrepienta —dijo, envalentonado—. Yura, ve a informar.
El guardia y el resto de sus compañeros comenzaron a retroceder, a medida de que lo hiciera Akame.
Y pudo ver que uno de los guaruras pareció dirigirse a toda prisa hasta los linderos del interior de la casona, a compartir, probablemente, el mensaje.
Sólo quedaba esperar.
En el mientras tanto, El Herrero había quedado en soledad; acompañado de la incipiente oscuridad del los callejones que había elegido para perpetuar su plan. Según las disyuntivas conversadas, se trataba de un sector bastante callado y aparentemente inhóspito, pues no parecía haber indicios de que hubiera gente en los alrededores. Además, no era una zona residencial sino comercial, por lo que quizás no hubiese nadie dormitando por allí.
Se secó el sudor de la frente con la diestra, y señaló al mensajero, de nuevo.
—Anda, lárgate antes de que me arrepienta —dijo, envalentonado—. Yura, ve a informar.
El guardia y el resto de sus compañeros comenzaron a retroceder, a medida de que lo hiciera Akame.
Y pudo ver que uno de los guaruras pareció dirigirse a toda prisa hasta los linderos del interior de la casona, a compartir, probablemente, el mensaje.
Sólo quedaba esperar.
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En el mientras tanto, El Herrero había quedado en soledad; acompañado de la incipiente oscuridad del los callejones que había elegido para perpetuar su plan. Según las disyuntivas conversadas, se trataba de un sector bastante callado y aparentemente inhóspito, pues no parecía haber indicios de que hubiera gente en los alrededores. Además, no era una zona residencial sino comercial, por lo que quizás no hubiese nadie dormitando por allí.