13/04/2018, 16:27
— Venga, vamos a tomar algo. Guarda esa furia para cuando tengamos que destrozar a nuestros rivales, Eri.
Eri quiso fulminarle con la mirada, enterrarlo o clavarle alguna de sus cadenas, pero se contuvo, respiró hondo y contó hasta cinco. Bien, vale, ahora la cuestión era ganar ese pequeño torneo y llevarse algo de dinero a casa. ¿No estaba mal el plan, no?
De Nabi solo escuchó un bla, bla, bla constante, pues el enfado todavía nublaba sus cinco sentidos, y si ambos varones pretendían salir de una pieza de Tane-Shigai, lo mejor era no meterse demasiado con la Uzumaki.
— ¡Dangos! ¡Ricos dangos para agudizar el ingenio y motivar al cuerpo!
— ¡Mirad! Eso es Shiona-sama que nos augura el bien desde el más allá y nos manda dangos.
—Esperemos que sea Shiona-sama. — «Porque con la paciencia que me está dando no alcanzo a soportarlo todo...»
Nabi y Stuffy salieron corriendo hasta el señor vendedor, el cual le vendió con una gran sonrisa cuatro palos de tres dangos de colores diferentes: rosa, blanco y verde. Al volver parecía discutir algo con Stuffy sobre la comida, más concretamente sobre no darle el suyo por ser un ansias. Ladeó la cabeza y puso los ojos en blanco por un milisegundo. Aquellos dos no iban a cambiar nunca.
— Aquí tenéis, jovenzuelos.
—Gracias. —Agradeció mientras tomaba el suyo con cuidado. Lo miró varias veces, aún echaba humo, así que sopló con esmero y cuidado de que no se cayese ninguno al suelo y probó un bocado. Rápidamente su humor cambió a uno mucho más alegre y amable, incapaz de pensar mal de alguno de sus compañeros.
Aunque el pobre Stuffy se quedaría ciego si seguía comiendo dulce así.
—Creo que necesitaba esto, Nabi. Muchas gracias. —Agradeció esta vez con una amplia sonrisa en sus labios.
Eri quiso fulminarle con la mirada, enterrarlo o clavarle alguna de sus cadenas, pero se contuvo, respiró hondo y contó hasta cinco. Bien, vale, ahora la cuestión era ganar ese pequeño torneo y llevarse algo de dinero a casa. ¿No estaba mal el plan, no?
De Nabi solo escuchó un bla, bla, bla constante, pues el enfado todavía nublaba sus cinco sentidos, y si ambos varones pretendían salir de una pieza de Tane-Shigai, lo mejor era no meterse demasiado con la Uzumaki.
— ¡Dangos! ¡Ricos dangos para agudizar el ingenio y motivar al cuerpo!
— ¡Mirad! Eso es Shiona-sama que nos augura el bien desde el más allá y nos manda dangos.
—Esperemos que sea Shiona-sama. — «Porque con la paciencia que me está dando no alcanzo a soportarlo todo...»
Nabi y Stuffy salieron corriendo hasta el señor vendedor, el cual le vendió con una gran sonrisa cuatro palos de tres dangos de colores diferentes: rosa, blanco y verde. Al volver parecía discutir algo con Stuffy sobre la comida, más concretamente sobre no darle el suyo por ser un ansias. Ladeó la cabeza y puso los ojos en blanco por un milisegundo. Aquellos dos no iban a cambiar nunca.
— Aquí tenéis, jovenzuelos.
—Gracias. —Agradeció mientras tomaba el suyo con cuidado. Lo miró varias veces, aún echaba humo, así que sopló con esmero y cuidado de que no se cayese ninguno al suelo y probó un bocado. Rápidamente su humor cambió a uno mucho más alegre y amable, incapaz de pensar mal de alguno de sus compañeros.
Aunque el pobre Stuffy se quedaría ciego si seguía comiendo dulce así.
—Creo que necesitaba esto, Nabi. Muchas gracias. —Agradeció esta vez con una amplia sonrisa en sus labios.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)