21/04/2018, 19:22
Daruu asintió, y con cuidado, se escurrió entre las grietas. Kaido tendría su propio método, sin duda, pero él se bastó de su técnica del silencio para absorber todo el ruido que producía su cuerpo con una fina capa de chakra invisible. Se deslizó por el pasadizo y rodó detrás de la primera roca. Esperó a detectar con su Byakugan que nadie estaba mirando en su dirección y rodó hacia la siguiente, dejando la otra libre para Kaido. Una vez allí, aguardó.
—¿Os habéis fijado...? ¡Los disfraces están funcionando a la perfección! —dijo uno de ellos, uno calvo y rechoncho.
—¡Sí, tío! El plan está funcionando.
—Pero hasta ahora sólo hemos robado comida... No puedo esperar el momento de dar el golpe de verdad, desvalijar la ciudad y largarnos de allí más ricos que un magnate!
Daruu dirigió una mirada a Kaido, con los ojos entrecerrados.
—Calma, calma. Ya sabes, cuando organicen la batida, la mitad de las fuerzas armadas estarán fuera de la ciudad. Entonces, la asaltaremos.
—¿Os habéis fijado...? ¡Los disfraces están funcionando a la perfección! —dijo uno de ellos, uno calvo y rechoncho.
—¡Sí, tío! El plan está funcionando.
—Pero hasta ahora sólo hemos robado comida... No puedo esperar el momento de dar el golpe de verdad, desvalijar la ciudad y largarnos de allí más ricos que un magnate!
Daruu dirigió una mirada a Kaido, con los ojos entrecerrados.
—Calma, calma. Ya sabes, cuando organicen la batida, la mitad de las fuerzas armadas estarán fuera de la ciudad. Entonces, la asaltaremos.