28/04/2018, 16:29
Daruu intentó abrir la ventana. La ventana no se abrió. Daruu soltó una risilla maníaca, en volumen bajo.
—Zetsuo, me encuentro perfectamente —dijo—. Perfectamente. Así que, verás, querido sensei de ilusiones.
Se dio la vuelta y encaró a Zetsuo. Dio un par de pasos hacia él dando brincos, con una sonrisa, evitando en todo momento mirarle a los ojos.
—Así que, veras, Zetsuo-san, verás. Consideraría muy agradable que me dejaras irme a mi casa a seguir descansando. Te prometo que no pienso entrenar ni hacer nada de eso. Promesita de Darucín.
—Zetsuo, me encuentro perfectamente —dijo—. Perfectamente. Así que, verás, querido sensei de ilusiones.
Se dio la vuelta y encaró a Zetsuo. Dio un par de pasos hacia él dando brincos, con una sonrisa, evitando en todo momento mirarle a los ojos.
—Así que, veras, Zetsuo-san, verás. Consideraría muy agradable que me dejaras irme a mi casa a seguir descansando. Te prometo que no pienso entrenar ni hacer nada de eso. Promesita de Darucín.