Los árboles satánicos

[Eikyuu Juro]

Nabi les recibió calidamente. Todo lo calidamente que una persona con su cociente intelectual puede recibir, claro. Les estaba esperando bajo las escaleras.

— No ha estado mal. Siendo un kuseño y dos uzuneses, poco podíamos hacer en un concurso sobre Amegakure. Bueno, Eri-chan, Tomate-kun, ¿quereis que nos quedemos a ver como acaba? O... ¿nos vamos yendo antes de que le lancen una cebolla a Juro y acabe convirtiendose en ensalada? Como es un lechugo, le han tirado tomate y con una cebolla se hará ensalada, ¿lo pilláis?

Juro suspiró. En fin, al menos tenía razón en una cosa. Justamente había tocado la temática sobre la villa oculta a la que no pertenecía. Había que tener mala suerte.

—Ten un poco de consideración, Nabi. No todos tenemos los reflejos suficientes como para poder cazar el tomate al vuelo y comértelo. Además, no nos lo esperábamos, era el primer torneo que hacíamos, después de todo...

Juro estuvo a punto de corregir que para él era el segundo, aunque el primero había sido mucho más emocionante. Sin embargo, la chica se volvió hacia él, poniendo cara de pena. Y Juro se vio incapaz de rebatirle nada. De hecho, se vio incapaz de sentirse enfadado con ella.

—Lo siento mucho Juro. Creo que no me he portado bien contigo y me parece horrible, siento haberte dejado todo el trabajo para ti... Creo que lo mejor será que me vaya, no sé qué me pasa hoy, pero espero no cagarla más.

— Hey. No pasa nada — murmuró Juro, mientras ponía la mano brevemente en su hombro —. Los dos nos pusimos nerviosos ahí arriba. No me importa lo que un par de viejas sin vida piensen de mi. No estas tú sola; estamos los tres juntos. ¿A qué si, Nabi?

» Aunque ese tomate me ha abierto los ojos. El pelirrojo me sienta mucho mejor que a ti — comentó Juro, sacandole la lengua a la Uzumaki.