29/04/2018, 23:29
Daruu se estaba preparando para replicar cuando el hombre, algo burlón, accedió a su petición y accedió a dejarle marchar. El muchacho arrugó los morros con desconfianza y se acercó lentamente a su armario de ropa. Lo dejó abierto mientras se vestía y recogía sus pertenencias, para que las propias puertas le tapasen, y después, lentamente, se acercó a la puerta.
Fue a poner la mano en el pomo...
...y sintió una picazón en la piel.
Unos ideogramas traicioneros crecieron en su mano, se ataron en torno a su brazo y bajaron por su torso y abdomen hasta sus piernas. Sintió la presión de la técnica de sellado como si estuviese atado en verdad con un sinfín de cuerdas. Apretó los dientes y gruñó con rabia. «¡Sabía que no iba a ser tan fácil!»
—Pero antes me vas a decir qué está rondando tu cabeza, Amedama. Porque no me puedo creer que sea no estés tramando nada.
—Ay, por Amenokami, qué insistente puedes ser a veces con cualquier tontería —se quejó Daruu—. Zetsuo, algún día tú y yo estaremos sentados frente a frente en la mesa de una cena de fin de año, nos miraremos a los ojos, me leerás la mente y los dos nos reiremos de lo estúpido que fue ese momento, cuando me ataste con un fuuinjutsu para que yo confesase que tenía una reserva en un buen restaurante para invitar a cenar a Ayame.
Suspiró.
»¿Ya está? ¿Ya estás conforme? Por favor, déjame marchar. O nos quitarán la mesa. No me gustaría.
Fue a poner la mano en el pomo...
...y sintió una picazón en la piel.
Unos ideogramas traicioneros crecieron en su mano, se ataron en torno a su brazo y bajaron por su torso y abdomen hasta sus piernas. Sintió la presión de la técnica de sellado como si estuviese atado en verdad con un sinfín de cuerdas. Apretó los dientes y gruñó con rabia. «¡Sabía que no iba a ser tan fácil!»
—Pero antes me vas a decir qué está rondando tu cabeza, Amedama. Porque no me puedo creer que sea no estés tramando nada.
—Ay, por Amenokami, qué insistente puedes ser a veces con cualquier tontería —se quejó Daruu—. Zetsuo, algún día tú y yo estaremos sentados frente a frente en la mesa de una cena de fin de año, nos miraremos a los ojos, me leerás la mente y los dos nos reiremos de lo estúpido que fue ese momento, cuando me ataste con un fuuinjutsu para que yo confesase que tenía una reserva en un buen restaurante para invitar a cenar a Ayame.
Suspiró.
»¿Ya está? ¿Ya estás conforme? Por favor, déjame marchar. O nos quitarán la mesa. No me gustaría.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)