30/04/2018, 12:47
A Eri volvió a poseerla esa aura de depresión que la solía rodear siempre que la veía tras habernos convertido en shinobis. El cambio de vida no parecía haberle sentido tan bien como a mi, que cada vez estaba más guapo, más fuerte y más perruno. Casualmente igual que Stuffy.
— No te preocupes, Eri, el dinero no vale nada, prefiero pasar el día contigo que todos los ryos del mundo. Ryos de dinero, los rios de agua también son caca en comparación a tu compañía, eh, pero me refería a los dineros.
La intenté animar con una sonrisa mientras Stuffy saltaba de un lado a otro y ladraba para llamar su atención también.
— Además, entre Stuffy y yo acertamos solo una. Así que tampoco hubiésemos llegado muy lejos. Y seguramente le hubiésemos devuelto ese tomate de la forma más asquerosa que puedas imaginarte, Juro. Eri sabe de lo que hablo.
Solté una carcajada mientras mi compañero asentía con vehemencia a mi afirmación. Ay, los buenos viejos tiempos. Entonces pasó algo que jamás pensé que pudiera pasar, algo que estaba claro que se salía de todo lo conocido e incluso de lo conocido si es que lo imposible se había hecho posible, lo imposible. Algo que perturbó los anales del tiempo, y no le dejó ir al baño bien durante una semana. Juro hizo una broma.
Le miré, miré a Stuffy, miré a Eri, todo con mucha preocupación.
— Juro, ¿estás bien? ¿Seguro que ese tomate no te ha entrado al cerebro?
— No te preocupes, Eri, el dinero no vale nada, prefiero pasar el día contigo que todos los ryos del mundo. Ryos de dinero, los rios de agua también son caca en comparación a tu compañía, eh, pero me refería a los dineros.
La intenté animar con una sonrisa mientras Stuffy saltaba de un lado a otro y ladraba para llamar su atención también.
— Además, entre Stuffy y yo acertamos solo una. Así que tampoco hubiésemos llegado muy lejos. Y seguramente le hubiésemos devuelto ese tomate de la forma más asquerosa que puedas imaginarte, Juro. Eri sabe de lo que hablo.
Solté una carcajada mientras mi compañero asentía con vehemencia a mi afirmación. Ay, los buenos viejos tiempos. Entonces pasó algo que jamás pensé que pudiera pasar, algo que estaba claro que se salía de todo lo conocido e incluso de lo conocido si es que lo imposible se había hecho posible, lo imposible. Algo que perturbó los anales del tiempo, y no le dejó ir al baño bien durante una semana. Juro hizo una broma.
Le miré, miré a Stuffy, miré a Eri, todo con mucha preocupación.
— Juro, ¿estás bien? ¿Seguro que ese tomate no te ha entrado al cerebro?
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)