30/04/2018, 13:02
—¡Ay, jo, Ayame-chan! —se quejaba Kiroe, de forma infantil, y Ayame la acompañó hasta la cama para que pudiera sentarse en ella—. Es que... no puedo esperar para mejorar hasta poder valerme por mí misma. Pronto estaré de nuevo en mi pastelería, ya verás.
—Seguro que sí —asintió ella, con una sonrisa afable—. Tienes que volver porque no sé cuánto va a aguantar mi hermano sin su ración diaria de tus bollitos de vainilla —se rio, tratando de animarla.
—¿Oye, oye, de qué habéis hablado? —preguntó de golpe, y Ayame volvió a ruborizarse cuando la mujer acercó su rostro al de ella y la tomó por las manos, agitándolas con emoción nada contenida—. ¡Quiero saberlo, jijiji!
—Pues... pues... —respondió ella, en un débil balbuceo. En cualquier otro momento habría esquivado el tema rápidamente, pero había cogido tal confianza con Kiroe (y más aún después de lo que le había ocurrido y de estar ayudándola a usar la ecolocalización) que la sentía como la madre que nunca había llegado a tener. Ya no le costaba sincerarse con ella como ocurría al principio. Y durante un segundo se sonrió al recordar la primera vez que había estado con Daruu, y cómo, en un intento por huir de su hermano, Kiroe la había arrinconado en la cocina de la pastelería y la había interrogado de una manera similar a aquella—. D... Daruu-kun me ha invitado a una cenar esta noche con él...
—Seguro que sí —asintió ella, con una sonrisa afable—. Tienes que volver porque no sé cuánto va a aguantar mi hermano sin su ración diaria de tus bollitos de vainilla —se rio, tratando de animarla.
—¿Oye, oye, de qué habéis hablado? —preguntó de golpe, y Ayame volvió a ruborizarse cuando la mujer acercó su rostro al de ella y la tomó por las manos, agitándolas con emoción nada contenida—. ¡Quiero saberlo, jijiji!
—Pues... pues... —respondió ella, en un débil balbuceo. En cualquier otro momento habría esquivado el tema rápidamente, pero había cogido tal confianza con Kiroe (y más aún después de lo que le había ocurrido y de estar ayudándola a usar la ecolocalización) que la sentía como la madre que nunca había llegado a tener. Ya no le costaba sincerarse con ella como ocurría al principio. Y durante un segundo se sonrió al recordar la primera vez que había estado con Daruu, y cómo, en un intento por huir de su hermano, Kiroe la había arrinconado en la cocina de la pastelería y la había interrogado de una manera similar a aquella—. D... Daruu-kun me ha invitado a una cenar esta noche con él...