30/04/2018, 16:12
— Tienes razón. Supongo que es hora de marcharse. Mi familia también me estará esperando en casa.
Eri asintió, satisfecha con la respuesta. En cuanto a Nabi, se apuntaba a volver a Uzushiogakure con ellos, así que tocaba despedirse del todo de su acompañante kusajin.
— Tenemos que repetir esto, otro día.
— ¿El trabajar gratis para una loca que nos hace emparejar gente que no conocemos a ver qué pasa?
—¿Teñirte el pelo a tomatazos? —añadió Eri entre risas —. Pero deberíamos volver a vernos, los tres, y hacer algo de nuevo... Será divertido.
— Tranquilo, Juro. Algo me dice que esto no se acaba aquí, de hecho, siento que ya estamos encontrándonos de nuevo en otra parte. La próxima vez volvemos a pegarnos, o te pegas con Stuffy, que el pobre aún no ha tenido una pelea de verdad.
—¡Yo también quiero! Sería un gran entrenamiento —afirmó ella, levantando el puño al aire.
La verdad es que sin lugar a dudas y de todas las personas que había conocido en sus viajes, el que mejor le había caído era Juro, aquel chico marionetista amable y sincero. Sonrió y le tendió la mano, a modo de despedida.
—Hasta otra Juro, ten cuidado volviendo a Kusagakure —se despidió ella, con una ligera sonrisa dibujada en su rostro.
Eri asintió, satisfecha con la respuesta. En cuanto a Nabi, se apuntaba a volver a Uzushiogakure con ellos, así que tocaba despedirse del todo de su acompañante kusajin.
— Tenemos que repetir esto, otro día.
— ¿El trabajar gratis para una loca que nos hace emparejar gente que no conocemos a ver qué pasa?
—¿Teñirte el pelo a tomatazos? —añadió Eri entre risas —. Pero deberíamos volver a vernos, los tres, y hacer algo de nuevo... Será divertido.
— Tranquilo, Juro. Algo me dice que esto no se acaba aquí, de hecho, siento que ya estamos encontrándonos de nuevo en otra parte. La próxima vez volvemos a pegarnos, o te pegas con Stuffy, que el pobre aún no ha tenido una pelea de verdad.
—¡Yo también quiero! Sería un gran entrenamiento —afirmó ella, levantando el puño al aire.
La verdad es que sin lugar a dudas y de todas las personas que había conocido en sus viajes, el que mejor le había caído era Juro, aquel chico marionetista amable y sincero. Sonrió y le tendió la mano, a modo de despedida.
—Hasta otra Juro, ten cuidado volviendo a Kusagakure —se despidió ella, con una ligera sonrisa dibujada en su rostro.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)