1/05/2018, 17:38
Y como si la superioridad sobre aquel hombre no pudiera ser más exagerada, Datsue activó una de sus comodines; que impidió que aquel hombre se librara. Aquella intrincada secuencia de marcas que invadió su cuerpo le paralizó en súbito y frenó su escalada de ira. Shinzo, que aún no podía creer la facilidad con la que aquel par de muchachos —porque eso eran, unos críos— se habían apañado para lograr tal proeza, entendió que Datsue había elegido el dinero con tal facilidad que aquella debía ser, entre todas sus cualidades, una debilidad fácil de explotar.
—Toma —cerró súbitamente el maletín, y se levantó del suelo—. escúchame, muchacho. Desconozco quién te ha contratado, entenderás que hoy por hoy debo a mucha gente... pero sea quién sea, hazle saber que no ha sido mi intención. Me retribuiré lo mejor que pueda.
Subió la mirada y vio un par de luces rebatirse en la oscura noche. Al parecer, la guardia comenzaba a peinar aquella zona.
—¿Entonces no podrá moverse en cinco minutos? Humpf —dijo, meditabundo—. bien, por todo el alboroto que habéis causado, es normal que Tanzaku se pregunte quién está detrás de todo ésto. Sé que fuisteis vosotros los que han paralizado al ayudante del Alcalde y se lo habéis puesto en bandeja a Toeru. Quien por cierto, hoy por hoy es vuestro peor enemigo. Sacando al Centinela del juego, él es lo que más me preocupa de todo este embrollo. Así que... dado que pocos hemos visto vuestros rostros, abogaré por ustedes y aludiré a que os he contratado como shinobi para sacarme de este tugurio. Así nadie les buscará. Ahora, es probable que Toeru no se quede de brazos cruzados y use a sus propios matones para encontrarles. Así que no tienen mucho tiempo para salir de aquí.
»Los retrasaré lo mejor que pueda, pero salgan de Tanzaku y no volváis en un muy largo tiempo. Usaré la poca influencia que me queda en que éste hombre vea calabozo de por vida. Será mi forma de retribuir el esfuerzo.
Se dio vuelta y por primera vez en meses, confrontaba al Centinela frente a frente. Ahí detrás, Shinzo sonrió. Ahora volvía a ser libre.
En cuanto a Datsue y Akame, ahora tenían el dilema de abandonar Tanzaku cuanto antes. Quedando por decidir si abandonar a Meiharu y a Shinjaka a su merced, o...
Después de todo, ya tenían el dinero. ¿Serían tan descorazonados de?
—Toma —cerró súbitamente el maletín, y se levantó del suelo—. escúchame, muchacho. Desconozco quién te ha contratado, entenderás que hoy por hoy debo a mucha gente... pero sea quién sea, hazle saber que no ha sido mi intención. Me retribuiré lo mejor que pueda.
Subió la mirada y vio un par de luces rebatirse en la oscura noche. Al parecer, la guardia comenzaba a peinar aquella zona.
—¿Entonces no podrá moverse en cinco minutos? Humpf —dijo, meditabundo—. bien, por todo el alboroto que habéis causado, es normal que Tanzaku se pregunte quién está detrás de todo ésto. Sé que fuisteis vosotros los que han paralizado al ayudante del Alcalde y se lo habéis puesto en bandeja a Toeru. Quien por cierto, hoy por hoy es vuestro peor enemigo. Sacando al Centinela del juego, él es lo que más me preocupa de todo este embrollo. Así que... dado que pocos hemos visto vuestros rostros, abogaré por ustedes y aludiré a que os he contratado como shinobi para sacarme de este tugurio. Así nadie les buscará. Ahora, es probable que Toeru no se quede de brazos cruzados y use a sus propios matones para encontrarles. Así que no tienen mucho tiempo para salir de aquí.
»Los retrasaré lo mejor que pueda, pero salgan de Tanzaku y no volváis en un muy largo tiempo. Usaré la poca influencia que me queda en que éste hombre vea calabozo de por vida. Será mi forma de retribuir el esfuerzo.
Se dio vuelta y por primera vez en meses, confrontaba al Centinela frente a frente. Ahí detrás, Shinzo sonrió. Ahora volvía a ser libre.
En cuanto a Datsue y Akame, ahora tenían el dilema de abandonar Tanzaku cuanto antes. Quedando por decidir si abandonar a Meiharu y a Shinjaka a su merced, o...
Después de todo, ya tenían el dinero. ¿Serían tan descorazonados de?