2/05/2018, 17:16
Ajeno a toda la parafernalia que rodeaba a la Marca del Hierro y a sus Señores, Akame se mantuvo en un discreto segundo plano. Datsue le había contado lo suficiente sobre todo aquello como para sembrar la cautela en él; el Uchiha no quería que una palabra mal dicha o una frase de más supusiera arruinar lo que tanto trabajo y riesgo les había costado conseguir. Una deuda saldada.
Así, el mayor de los Uchiha dejó que su compadre y Hermano le diera al tal Soroku las buenas nuevas. Cuando estuvo ante el herrero, Akame no pudo evitar sentir un escalofrío que le recorrió la espalda. Incluso aunque ya conocía su imagen —a través del Henge no Jutsu de Datsue—, en persona aquel tipo imponía más de lo que se había esperado. «Empiezo a entender por qué este tío y el Centinela son viejos enemigos... Parecen dos caras de la misma moneda».
Akame tampoco dijo palabra cuando su compadre mencionó que, básicamente, habían abandonado a su suerte a Shinjaka. Aquel tipejo presuntuoso nunca le había gustado; siempre pavoneándose, siempre hablando como si supiera más que los demás. "No podemos volver a por Datsue, la misión es más importante", había dicho Shinjaka cuando creyeron que al joven genin le habían descubierto en el Molino Rojo.
«Bueno pues jódete ahora, puto», pensó Akame.
Así, el mayor de los Uchiha dejó que su compadre y Hermano le diera al tal Soroku las buenas nuevas. Cuando estuvo ante el herrero, Akame no pudo evitar sentir un escalofrío que le recorrió la espalda. Incluso aunque ya conocía su imagen —a través del Henge no Jutsu de Datsue—, en persona aquel tipo imponía más de lo que se había esperado. «Empiezo a entender por qué este tío y el Centinela son viejos enemigos... Parecen dos caras de la misma moneda».
Akame tampoco dijo palabra cuando su compadre mencionó que, básicamente, habían abandonado a su suerte a Shinjaka. Aquel tipejo presuntuoso nunca le había gustado; siempre pavoneándose, siempre hablando como si supiera más que los demás. "No podemos volver a por Datsue, la misión es más importante", había dicho Shinjaka cuando creyeron que al joven genin le habían descubierto en el Molino Rojo.
«Bueno pues jódete ahora, puto», pensó Akame.