9/05/2018, 00:46
La ayuda proporcionada por parte de la pequeña fue mas que agradecida en una nueva nota a base de papel. La genin sin embargo admitió que en cierto modo le había agarrado algo de afecto al usar papel, pero no cerraba la mente a usar ese otro método de escritura en un posible futuro. Dentro de lo que cabe, era una idea bastante útil, dado que no en todos los desiertos hay dónde comprar libretas.
Taeko volvió a tomar el lápiz, empuñándolo nuevamente contra el papel. Con inmaculada caligrafía, la chica volvió a plasmar lo que sus cuerdas vocales eran incapaces de expresar. En ésta ocasión, volvió a preguntar a la pequeña si requería de su ayuda, así como preguntó cuán avanzada iba en su trabajo. Ésta, tras leer la nota, la retornó a la genin.
—Ya me queda poco, casi terminé. —declaró la pelirroja.
Tras asegurar que en breve terminaría, tomó los libros y se los expuso a la genin. No se los daba para que los recogiese, si no para que viese los temas que abordaba en su proyecto. Al lado de los mismos, dejó estratégicamente colocada la libreta donde había tomado apenas dos apuntes. Sin embargo, con fechas sin duda anteriores, había gran cantidad de información.
—En realidad ya estaba casi todo hecho, pero mi hermana dijo que jugásemos un poco... ¿no notaste los golpes?
La pelirroja desvelaba un pequeño gran secreto, había estado hablando con su hermana por un sistema de golpes. No era moco de pavo, no señor. Sin duda, tenían madera de kunoichis.
—Igual... igual ya puedes regresar los libros, creo que en breve nos iremos. El encargado de la clase no para de mirar el reloj, seguro está preocupado y terminará por llevarnos a casa.
Taeko volvió a tomar el lápiz, empuñándolo nuevamente contra el papel. Con inmaculada caligrafía, la chica volvió a plasmar lo que sus cuerdas vocales eran incapaces de expresar. En ésta ocasión, volvió a preguntar a la pequeña si requería de su ayuda, así como preguntó cuán avanzada iba en su trabajo. Ésta, tras leer la nota, la retornó a la genin.
—Ya me queda poco, casi terminé. —declaró la pelirroja.
Tras asegurar que en breve terminaría, tomó los libros y se los expuso a la genin. No se los daba para que los recogiese, si no para que viese los temas que abordaba en su proyecto. Al lado de los mismos, dejó estratégicamente colocada la libreta donde había tomado apenas dos apuntes. Sin embargo, con fechas sin duda anteriores, había gran cantidad de información.
—En realidad ya estaba casi todo hecho, pero mi hermana dijo que jugásemos un poco... ¿no notaste los golpes?
La pelirroja desvelaba un pequeño gran secreto, había estado hablando con su hermana por un sistema de golpes. No era moco de pavo, no señor. Sin duda, tenían madera de kunoichis.
—Igual... igual ya puedes regresar los libros, creo que en breve nos iremos. El encargado de la clase no para de mirar el reloj, seguro está preocupado y terminará por llevarnos a casa.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~