9/05/2018, 22:33
Estaba acostumbrado a los golpes, placajes, codazos, incluso manos en zonas indebidas cuando iba en medio de una muchedumbre, hasta en calles a medio abarrotar. No sé por qué pero siempre me caía alguna hostia, la gente era propensa a ignorarme como si no existiese. A veces me pregunto si será por tener el pelo oscuro, igual debería teñirme de algún color chillón para no pasar tan desapercibido, entonces recuerdo que soy un ninja y se me pasa.
Al salir a una calle normal, sin ese vaivén de golpes, lo agradecí profundamente. Me acerqué al escaparate de la famosa tienda de Kamerita de regalos. ¿Qué vendería en una tienda de regalos? Pues ya habíamos llegado.
—¡Mira Nabi, allí! Doro-san vive al lado, justo en la esquina, ¡vamos!
Entonces recordé que no habíamos venido a la tienda de regalos, sino a la casa del guardia huido casualmente cuando empezábamos a buscar culpables. Me acerqué a donde estaba Eri, a ver donde vivía el señor Doro, posible asesino y secuestrador de perros de bronce.
Al salir a una calle normal, sin ese vaivén de golpes, lo agradecí profundamente. Me acerqué al escaparate de la famosa tienda de Kamerita de regalos. ¿Qué vendería en una tienda de regalos? Pues ya habíamos llegado.
—¡Mira Nabi, allí! Doro-san vive al lado, justo en la esquina, ¡vamos!
Entonces recordé que no habíamos venido a la tienda de regalos, sino a la casa del guardia huido casualmente cuando empezábamos a buscar culpables. Me acerqué a donde estaba Eri, a ver donde vivía el señor Doro, posible asesino y secuestrador de perros de bronce.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)