12/05/2018, 12:39
Por suerte para todos, Daigo tuvo la iniciativa conciliadora. Hablando con gran tranquilidad al muchacho que, kunai en mano, se había autoproclamado como el "Defensor de los pobres" y otros tantos títulos igualmente curiosos, consiguió hacerle entrar en razón ante la mirada atenta de Akame, el muchacho con rastas, y su gemelo. Al final el tal Kisho enfundó su arma, bajó del bambú y se acercó a ellos con expresión inquisitiva.
Akame, por su parte, decidió contribuir a rebajar la tensión del ambiente junto con Daigo. «Al fin y al cabo son cuatro shinobis de Kusagakure, y aquí sólo estoy yo. Si estalla un conflicto, será el desastre para todos», se dijo el jōnin. Con aquel pensamiento bien presente, el Uchiha alzó ambas manos con gesto conciliador.
—Parece que todos hemos venido por lo mismo, y ninguno tenemos ni idea de quién es el responsable. ¿Qué os parece si primero nos presentamos, ahora que ha quedado claro que nadie ha intentado engañar a nadie? —invitó, tratando de sonar cordial—. Yo soy Uchiha Akame, de Uzushiogakure no Sato.
Su mirada azabache se paseó por los ninjas de la Hierba. A Daigo ya lo conocía, aunque poco más que del nombre. Los de las rastas no le sonaban de nada, ni siquiera del Torneo; y a Kisho "El Atrapa-gays" tampoco le conocía. «Todos personajes curiosos, sin duda...»
Akame, por su parte, decidió contribuir a rebajar la tensión del ambiente junto con Daigo. «Al fin y al cabo son cuatro shinobis de Kusagakure, y aquí sólo estoy yo. Si estalla un conflicto, será el desastre para todos», se dijo el jōnin. Con aquel pensamiento bien presente, el Uchiha alzó ambas manos con gesto conciliador.
—Parece que todos hemos venido por lo mismo, y ninguno tenemos ni idea de quién es el responsable. ¿Qué os parece si primero nos presentamos, ahora que ha quedado claro que nadie ha intentado engañar a nadie? —invitó, tratando de sonar cordial—. Yo soy Uchiha Akame, de Uzushiogakure no Sato.
Su mirada azabache se paseó por los ninjas de la Hierba. A Daigo ya lo conocía, aunque poco más que del nombre. Los de las rastas no le sonaban de nada, ni siquiera del Torneo; y a Kisho "El Atrapa-gays" tampoco le conocía. «Todos personajes curiosos, sin duda...»