21/05/2018, 00:09
Cuando los gemelos empezaron a reírse del rubio, éste claramente se enfadó. Parecía que no entendía el chiste que él mismo había contado, o simplemente no estaba al tanto de que lo había dicho. Fuese como fuese, no tardó en bramar al Inuzuka y su can una amenaza. Al parecer no dudaría en usar su Byakugan de manera totalmente gratuita para matar al par de Inuzukas.
Quizás la reacción de los rasta no fue la mejor. Pues, en cuanto Kisho se rebotó enfadado, no pudieron si no reír aún mas. Les faltaba el aliento. Reían y golpeaban el suelo carentes de posibilidad de parar de reír. Para ellos, Kisho no era peor que un buen humorista de televisión. O bien lo era, o simplemente se había escapado de algún centro psicológico cercano... no era una opción muy descabellada ésta segunda.
Akame, que trató el gesto del Byakugan como Etsu había llegado a rozar en pensamientos, no titubeó en preguntarle de manera directa si no tenía nada que ver. Kisho, aparentemente indignado, no solo lo llamó pervertido, si no que también lo amenazó. Además, insistió en que éste se alejase de él, pues no tenía dudas de que Akame y los Inuzuka iban a hacer alguna especie de orgía. Sin duda, los pajaritos que rondaban por su cabeza habían de ser al menos dragones...
No solo desafiaba a un par de genin Inuzuka, si no que desafiaba a un jounin de otra aldea. El chico estaba realmente mal de la cabeza. Estaba casi seguro.
No falto de confianza, Daigo tampoco tardó en dudar de Kisho. A éste el rubio no le respondió de mala manera, aunque bien era cierto que tampoco de buena. Alzó de nuevo la voz para recriminar a los allí presente que haría ver su inocencia a base de fuerza. Tenía tanto sentido como lamer un charco para saber a qué sabe el mar.
«Éste tipo está como una regadera...»
Tras ello, solicitó a Daigo ayuda para que anunciase en Kusagakure el posible comienzo de una guerra a tres bandos, porque según afirmaba de allí no iban a salir con vida ni los Inuzuka ni el jounin... «pero como una puta regadera...» el rasta no tuvo mas opción que reincorporarse, viendo que Kisho tomaba un poco de distancia y alzaba la guardia.
Se secó las lágrimas de los ojos —Kisho, ¿te has tomado hoy la medicación?
¿Qué otra cosa podía hacer? ésto no era serio, para nada era serio. Kisho estaba mal de la cabeza, o si no... ¿qué otra explicación había?
Quizás la reacción de los rasta no fue la mejor. Pues, en cuanto Kisho se rebotó enfadado, no pudieron si no reír aún mas. Les faltaba el aliento. Reían y golpeaban el suelo carentes de posibilidad de parar de reír. Para ellos, Kisho no era peor que un buen humorista de televisión. O bien lo era, o simplemente se había escapado de algún centro psicológico cercano... no era una opción muy descabellada ésta segunda.
Akame, que trató el gesto del Byakugan como Etsu había llegado a rozar en pensamientos, no titubeó en preguntarle de manera directa si no tenía nada que ver. Kisho, aparentemente indignado, no solo lo llamó pervertido, si no que también lo amenazó. Además, insistió en que éste se alejase de él, pues no tenía dudas de que Akame y los Inuzuka iban a hacer alguna especie de orgía. Sin duda, los pajaritos que rondaban por su cabeza habían de ser al menos dragones...
No solo desafiaba a un par de genin Inuzuka, si no que desafiaba a un jounin de otra aldea. El chico estaba realmente mal de la cabeza. Estaba casi seguro.
No falto de confianza, Daigo tampoco tardó en dudar de Kisho. A éste el rubio no le respondió de mala manera, aunque bien era cierto que tampoco de buena. Alzó de nuevo la voz para recriminar a los allí presente que haría ver su inocencia a base de fuerza. Tenía tanto sentido como lamer un charco para saber a qué sabe el mar.
«Éste tipo está como una regadera...»
Tras ello, solicitó a Daigo ayuda para que anunciase en Kusagakure el posible comienzo de una guerra a tres bandos, porque según afirmaba de allí no iban a salir con vida ni los Inuzuka ni el jounin... «pero como una puta regadera...» el rasta no tuvo mas opción que reincorporarse, viendo que Kisho tomaba un poco de distancia y alzaba la guardia.
Se secó las lágrimas de los ojos —Kisho, ¿te has tomado hoy la medicación?
¿Qué otra cosa podía hacer? ésto no era serio, para nada era serio. Kisho estaba mal de la cabeza, o si no... ¿qué otra explicación había?
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~