28/05/2018, 22:14
Los orbes rojos de Datsue no cesaron el tremendo acoso sobre el pobre Etsu. Éste, en un rápido y fugaz intento de sorprender a su adversario, trató de propinarle una tremenda patada para barrerlo y terminar tirándolo al suelo a causa de su único punto de apoyo. Sin embargo, los mencionados orbes color carmín, lo vieron todo a tiempo, permitiéndole reaccionar con una habilidad digna del mejor de los luchadores cuerpo a cuerpo. Datsue, ni corto ni perezoso, se impulsó con ese único punto de apoyo, usando ese mismo impulso para buscar con un rodillazo el rostro del Inuzuka.
El Inuzuka, que tampoco escaseaba en reflejos, y era bien diestro en el combate cuerpo a cuerpo, había errado un golpe que casi tenía por asegurado. Mas nunca se debe dejar de lado las posibles habilidades de un desconocido, por muy bueno que uno mismo sea. No por el hecho de que el enemigo pueda ser mejor, si no porque nunca sabes si jugará limpio o no. Etsu no bajó la guardia en ningún momento, y por ello —aunque no le sirviese para improvisar un ataque— tenía oportunidad de cubrirse el rostro. En un rápido gesto, terminó de elevar las manos, formando una cruz ante sí mismo para bloquear la mayor parte de la fuerza del rodillazo.
Datsue se dejó llevar por la emoción, o a saber qué. Fuese como fuese, vociferó que bloquease el rodillazo. Etsu sonrió al hacerlo, aunque el impacto le hubiese trastocado un poco. El mismo impulso del rodillazo lo hizo retroceder un par de pasos, casi desestabilizado.
—Tengo que admitir que a pesar de tener una guardia un poco anticuada... tus reflejos y tu manera de luchar cuerpo a cuerpo son impresionantes —elogió a su antagonista. «Pero yo soy mejor.»
Rápidamente, buscaría retomar la guardia, apretó los puños, y volvió a retomar la debida compostura. Ante todo debía ganar, por muy amistosa que fuese la trifulca. Sin demora, avanzó el paso y poco que le había sumado a la distancia para con Datsue, y lanzó su diestra en un rápido y firme puñetazo directo hacia el mentón del chico. Era obvio que no todo quedaría ahí, pero era la manera perfecta de empezar. Apenas lanzado el puñetazo, buscaría recogerlo y lanzar una patada con su zurda directa a la boca del estómago.
El Inuzuka, que tampoco escaseaba en reflejos, y era bien diestro en el combate cuerpo a cuerpo, había errado un golpe que casi tenía por asegurado. Mas nunca se debe dejar de lado las posibles habilidades de un desconocido, por muy bueno que uno mismo sea. No por el hecho de que el enemigo pueda ser mejor, si no porque nunca sabes si jugará limpio o no. Etsu no bajó la guardia en ningún momento, y por ello —aunque no le sirviese para improvisar un ataque— tenía oportunidad de cubrirse el rostro. En un rápido gesto, terminó de elevar las manos, formando una cruz ante sí mismo para bloquear la mayor parte de la fuerza del rodillazo.
Datsue se dejó llevar por la emoción, o a saber qué. Fuese como fuese, vociferó que bloquease el rodillazo. Etsu sonrió al hacerlo, aunque el impacto le hubiese trastocado un poco. El mismo impulso del rodillazo lo hizo retroceder un par de pasos, casi desestabilizado.
—Tengo que admitir que a pesar de tener una guardia un poco anticuada... tus reflejos y tu manera de luchar cuerpo a cuerpo son impresionantes —elogió a su antagonista. «Pero yo soy mejor.»
Rápidamente, buscaría retomar la guardia, apretó los puños, y volvió a retomar la debida compostura. Ante todo debía ganar, por muy amistosa que fuese la trifulca. Sin demora, avanzó el paso y poco que le había sumado a la distancia para con Datsue, y lanzó su diestra en un rápido y firme puñetazo directo hacia el mentón del chico. Era obvio que no todo quedaría ahí, pero era la manera perfecta de empezar. Apenas lanzado el puñetazo, buscaría recogerlo y lanzar una patada con su zurda directa a la boca del estómago.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~