31/05/2018, 19:04
Como quien no quiere la cosa y evitando alertar a los kusajines, que de repente se habían quedado absortos mirándose las caras —a excepción de Daigo que, honrosamente, todavía trataba de disuadir a su compañero de provocar a un jounin de otra Aldea—, Akame empezó a retirarse dando sigilosos pasos hacia atrás.
Siguió caminando hacia su espalda, esquivando de tanto en tanto el tronco de algún bambú, hasta que las cuatro figuras de los ninjas de Kusagakure se confundieron con el verde del entorno. Sólo entonces, dio media vuelta y echó a andar hacia Tane-Shigai.