1/06/2018, 17:01
Nabi pasó corriendo junto a Doro y Eri, y cuando se agachó para inspeccionar el contenido de la bolsa, el guardia comenzó a revolverse entre las cadenas que le retenían con mayor desesperación si cabía.
—¡SUELTA ESO, MALDITA SEA! —aullaba, ignorando por completo los gruñidos de Stuffy, que le mostraba los dientes en una clara advertencia. Fuera como fuese, Doro parecía ser completamente incapaz de deshacerse de las ataduras por sí mismo—. ¡NO LO TOQUES, TE HE DICHO! ¡¡ES MÍO!!
Pero Nabi hizo caso omiso. Desató la bolsa...
Pero no encontró la Pata de Bronce en su interior. De hecho, no había rastro alguno de metal.
Billetes. Montones de billetes anudados cuidadosamente en fajos. Aquella bolsa debía de contener más de 10.000 ryōs en bruto.
—¡¡¡SOLTADME!!!
—¡SUELTA ESO, MALDITA SEA! —aullaba, ignorando por completo los gruñidos de Stuffy, que le mostraba los dientes en una clara advertencia. Fuera como fuese, Doro parecía ser completamente incapaz de deshacerse de las ataduras por sí mismo—. ¡NO LO TOQUES, TE HE DICHO! ¡¡ES MÍO!!
Pero Nabi hizo caso omiso. Desató la bolsa...
Pero no encontró la Pata de Bronce en su interior. De hecho, no había rastro alguno de metal.
Billetes. Montones de billetes anudados cuidadosamente en fajos. Aquella bolsa debía de contener más de 10.000 ryōs en bruto.
—¡¡¡SOLTADME!!!