4/09/2015, 01:45
«Puto sensei y puto mister chango que no me dejan saber donde están. No puede ser difícil encontrar un mono, alguna pista tiene que haber. Piensa, piensa, para donde fue» pensaba Karamaru mientras daba vueltas sobre su eje mirando los alrededores y tratando de deducir cual de todas las ramas de los arboles fue la que se rompió por el mono. Llego a un punto de contar cuantas ramas rotas habían pero no pudo terminar por la cantidad. Solamente en unos pocos minutos, miles de ideas habían pasado por la cabeza del calvo y había miles de acciones para hacer. Pero no sabía si los nervios o la competición de ver quien encontraba al mono primero era lo que le afectaba y no lo dejaba pensar con claridad.
Pero igual que antes, la respuesta vino sola. Un crujido fue lo que distrajo a Karamaru de su mundo. Un arbusto, ubicado a unos pocos metros, había hecho un ruido. O mejor dicho, estaba haciendo ruidos. Un crujido, después otro, después otro. Cada varios segundos se veía el arbusto mover y se escuchaba un ruidito. El shinobi se sorprendió, tanto que se quedo helado por un momento.
¿Hay.... Hay.... Hay alguien?- cuestionó inseguro. Pero rápidamente se dio cuenta de la realidad.
«¿Sera el mono?»
¡EL MONO!- recién en ese instante fue cuando el calvo se percató que podía ser mister chango, su presa- Jeje, te tengo monito- Decía Karamaru mientras se acercaba de a poco a paso lento estirando el cuello para ver que había tras el arbusto.
Hacía tiempo que había dejado a sus compañeros atrás, y en ese momento era en lo que menos pensaba. Lo que si se le había pasado por la cabeza unos segundos antes, mientras pensaba en muchas cosas, era de si esto era una competición o un trabajo en equipo. Pero ahora lo importante era agarrar al mono, o por lo menos descubrir que habitaba tras las hojas del arbusto.
Pero igual que antes, la respuesta vino sola. Un crujido fue lo que distrajo a Karamaru de su mundo. Un arbusto, ubicado a unos pocos metros, había hecho un ruido. O mejor dicho, estaba haciendo ruidos. Un crujido, después otro, después otro. Cada varios segundos se veía el arbusto mover y se escuchaba un ruidito. El shinobi se sorprendió, tanto que se quedo helado por un momento.
¿Hay.... Hay.... Hay alguien?- cuestionó inseguro. Pero rápidamente se dio cuenta de la realidad.
«¿Sera el mono?»
¡EL MONO!- recién en ese instante fue cuando el calvo se percató que podía ser mister chango, su presa- Jeje, te tengo monito- Decía Karamaru mientras se acercaba de a poco a paso lento estirando el cuello para ver que había tras el arbusto.
Hacía tiempo que había dejado a sus compañeros atrás, y en ese momento era en lo que menos pensaba. Lo que si se le había pasado por la cabeza unos segundos antes, mientras pensaba en muchas cosas, era de si esto era una competición o un trabajo en equipo. Pero ahora lo importante era agarrar al mono, o por lo menos descubrir que habitaba tras las hojas del arbusto.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘