5/06/2018, 11:05
El enano abrió los brazos, molesto, y dejó de hacer el molesto ruido con la goma de mascar. Se colocó bien el cabello y adelantó la marcha, yendo el primero. Daruu, abatido, suspiró: aquella no sería una tarea fácil. Ya le era complicado socializar, como para encima tener que aguantar a esa clase de personas.
—Miren— irrumpió el moreno cuando el enano se había alejado lo suficiente— Según me dijeron los dos hermanos, ese pequeño se llama Suka, y eso es todo lo que sé. A mi me basta con que esté dispuesto a ayudarme. Yo no lo escuché hablar, ni siquiera estuve cuando le preguntaron el nombre, así que tampoco puedo ayudarlos con tu pregunta Amedama Daruu. Suerte.
Daruu se encogió de hombros.
—Una buena comunicación es la base para poder trabajar en equipo. En fin... —comentó Daruu.
—Supongo que tendremos que seguir así. Lo mejor será empezar a caminar por las calles a ver si encontramos algo, que no tenemos detalle alguno prácticamente —intervino el calvo.
—Ahora voy. Un momento, Karamaru. Discúlpenme, creo —dijo, elaborando una mentira—. Creo que tengo que ir a hacer un pis —completó, finalmente, y se alejó corriendo en dirección contraria, escondiéndose entre los árboles.
Una vez allí, suspiró y chasqueó la lengua contra el paladar, molesto. «¿Por qué siempre me meto en estos problemas? Son suficientes personas, podría largarme y aún les iría bien. Pero por otra... ese hombre parecía desesperado.»
Se mordió el dedo pulgar y dejó una marca sobre el tronco de un árbol. Formuló una serie de sellos. Hubo un destello rojo, tras el cual otro Daruu más aterrizó en el bosque. Llevaba un trozo de pizza en la mano, que cayó al suelo inevitablemente y se llenó de barro.
—¡Mierda! ¿Tenía que ser ahora? —intervino el recién llegado.
—Tío, me dijiste que te invocara si hacía falta que vinieras. —El Kage Bunshin se encogió de hombros.
—Agh, está bien, veamos de qué va la cosa —se quejó el original, y con un sello deshizo la copia, que liberó un estallido de humo blanco. Al instante, en un sobresalto, la información regresó a Daruu quien volvió a chasquear la lengua. Todo lo vivido por el Kage Bunshin ahora lo había vivido él—. Esta técnica es increíble, desde luego.
«Hora de volver al claro, no obstante, antes de eso...»
Daruu se mordió el dedo pulgar y dibujó un ideograma en la corteza de un árbol. Un seguro para el futuro.
Y luego volvió con Karamaru.
—Miren— irrumpió el moreno cuando el enano se había alejado lo suficiente— Según me dijeron los dos hermanos, ese pequeño se llama Suka, y eso es todo lo que sé. A mi me basta con que esté dispuesto a ayudarme. Yo no lo escuché hablar, ni siquiera estuve cuando le preguntaron el nombre, así que tampoco puedo ayudarlos con tu pregunta Amedama Daruu. Suerte.
Daruu se encogió de hombros.
—Una buena comunicación es la base para poder trabajar en equipo. En fin... —comentó Daruu.
—Supongo que tendremos que seguir así. Lo mejor será empezar a caminar por las calles a ver si encontramos algo, que no tenemos detalle alguno prácticamente —intervino el calvo.
—Ahora voy. Un momento, Karamaru. Discúlpenme, creo —dijo, elaborando una mentira—. Creo que tengo que ir a hacer un pis —completó, finalmente, y se alejó corriendo en dirección contraria, escondiéndose entre los árboles.
Una vez allí, suspiró y chasqueó la lengua contra el paladar, molesto. «¿Por qué siempre me meto en estos problemas? Son suficientes personas, podría largarme y aún les iría bien. Pero por otra... ese hombre parecía desesperado.»
Se mordió el dedo pulgar y dejó una marca sobre el tronco de un árbol. Formuló una serie de sellos. Hubo un destello rojo, tras el cual otro Daruu más aterrizó en el bosque. Llevaba un trozo de pizza en la mano, que cayó al suelo inevitablemente y se llenó de barro.
—¡Mierda! ¿Tenía que ser ahora? —intervino el recién llegado.
—Tío, me dijiste que te invocara si hacía falta que vinieras. —El Kage Bunshin se encogió de hombros.
—Agh, está bien, veamos de qué va la cosa —se quejó el original, y con un sello deshizo la copia, que liberó un estallido de humo blanco. Al instante, en un sobresalto, la información regresó a Daruu quien volvió a chasquear la lengua. Todo lo vivido por el Kage Bunshin ahora lo había vivido él—. Esta técnica es increíble, desde luego.
«Hora de volver al claro, no obstante, antes de eso...»
Daruu se mordió el dedo pulgar y dibujó un ideograma en la corteza de un árbol. Un seguro para el futuro.
Y luego volvió con Karamaru.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)