11/06/2018, 22:03
(Última modificación: 11/06/2018, 22:03 por Inuzuka Etsu.)
Y como era de esperar, el combate no hacía mas que comenzar. Había perdido varias batallas, pero la guerra no estaba perdida, o al menos eso era lo que siempre le inculcaba su abuelo. Por mas que recibiese golpes, lo que debía hacer es serenar, y buscar patrones que siguiese su oponente. De esa manera, con mente fría, era de la única manera que se puede afrontar las situaciones que casi escapan de la mano. Obviamente, su oponente no era mejor que él, eso jamás lo admitiría. Así que aún tenía posibilidades.
Su antagonista, ante el halago de su habilidad, afirmó que era una de sus mejores invenciones. Por lo que se podía deducir, si no mentía, él mismo había creado esa técnica... ¿se refería entonces a que los clones explotaban por una técnica? ¿acaso no eran sellos explosivos en el mismo o algún sistema parecido?
Sin duda, era un chico con quien andarse con cuidado.
Sin preámbulos, y aprovechando la escasa distancia que los separaba, Datsue se llevó la mano hacia el portaobjetos, de donde sacó una estrella de metal. Sin mas, la lanzó hacia Etsu. El Inuzuka, sin pestañear siquiera, no perdió un segundo, y dio una palmada y tras ello extendió los brazos hacia Datsue.
—Fūton: Reppūshō —bramó a la par que una gran cantidad de viento salía despedida hacia el chico.
El viento no llegó a golpear a Datsue ni por asomo, pero su función era mas que lógica. La pared de viento que avanzó, haría regresar la estrella metálica por donde vino, y entre tanto el chico podría correr directo hacia su oponente, buscando su esquiva. No sabía de cuanto tiempo tendría ante el contraataque de su oponente, pero estaba mas que preparado para recortar las distancias y esquivar entre tanto.
Si es que llegaba a recortar las distancias lo suficiente, lanzaría una patada directa hacia la boca de su estómago. Sin titubeos, sin parafernalia, simple y directa. Por otro lado, ya casi le tenía donde lo precisaba. Si retrocedía mas, no sería mas que cuestión de tiempo que terminase bajo sus fauces.
Su antagonista, ante el halago de su habilidad, afirmó que era una de sus mejores invenciones. Por lo que se podía deducir, si no mentía, él mismo había creado esa técnica... ¿se refería entonces a que los clones explotaban por una técnica? ¿acaso no eran sellos explosivos en el mismo o algún sistema parecido?
Sin duda, era un chico con quien andarse con cuidado.
Sin preámbulos, y aprovechando la escasa distancia que los separaba, Datsue se llevó la mano hacia el portaobjetos, de donde sacó una estrella de metal. Sin mas, la lanzó hacia Etsu. El Inuzuka, sin pestañear siquiera, no perdió un segundo, y dio una palmada y tras ello extendió los brazos hacia Datsue.
—Fūton: Reppūshō —bramó a la par que una gran cantidad de viento salía despedida hacia el chico.
El viento no llegó a golpear a Datsue ni por asomo, pero su función era mas que lógica. La pared de viento que avanzó, haría regresar la estrella metálica por donde vino, y entre tanto el chico podría correr directo hacia su oponente, buscando su esquiva. No sabía de cuanto tiempo tendría ante el contraataque de su oponente, pero estaba mas que preparado para recortar las distancias y esquivar entre tanto.
Si es que llegaba a recortar las distancias lo suficiente, lanzaría una patada directa hacia la boca de su estómago. Sin titubeos, sin parafernalia, simple y directa. Por otro lado, ya casi le tenía donde lo precisaba. Si retrocedía mas, no sería mas que cuestión de tiempo que terminase bajo sus fauces.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~