13/06/2018, 16:22
Akame movió la cabeza rápidamente para rastrear con su mirada el panorama, en busca del emisor de aquel silbido. Lo halló sobre la noble testa de uno de los tres grandes ninjas que habían salvado Oonindo de la destrucción hacía más de doscientos años, y que habían sido inmortalizados en forma de estatuas por su proeza. Un reconocimiento vago, a ojos de Akame, por haber sacado al mundo del abismo del caos. Pero así funcionaban esas cosas.
Una figura solitaria y encapada le había saludado —a su manera— desde allí. El Uchiha estuvo tentado de gritarle "ven tú, que es el mismo camino" a su compadre, pero al final la urgencia que sentía por aclarar los motivos que habían llevado a Datsue a citarle en tan emblemático lugar pudo más que sus ganas de hacerle rabiar. Con movimientos ágiles, Akame se desplazó de salto en salto por la pared del acantilado hasta terminar aterrizando sobre la cabeza de Sumizu Kouta, junto a Datsue.
—¿Datsue-kun? ¿Qué significa esto? —cuestionó, nada más llegar junto al muchacho—. He escuchado que en la Aldea alguien ha atacado el Edificio del Uzukage. Luego otra persona me ha dicho que se trataba de un simple accidente. Alguna cañería rota, dicen.
Los ojos del Uchiha se habían vuelto rojos un momento, el suficiente para darle un buen vistazo a aquel tipo y reconocer que, en efecto, se trataba de Datsue. Ahora ya recuperaban su azabache habitual.
Una figura solitaria y encapada le había saludado —a su manera— desde allí. El Uchiha estuvo tentado de gritarle "ven tú, que es el mismo camino" a su compadre, pero al final la urgencia que sentía por aclarar los motivos que habían llevado a Datsue a citarle en tan emblemático lugar pudo más que sus ganas de hacerle rabiar. Con movimientos ágiles, Akame se desplazó de salto en salto por la pared del acantilado hasta terminar aterrizando sobre la cabeza de Sumizu Kouta, junto a Datsue.
—¿Datsue-kun? ¿Qué significa esto? —cuestionó, nada más llegar junto al muchacho—. He escuchado que en la Aldea alguien ha atacado el Edificio del Uzukage. Luego otra persona me ha dicho que se trataba de un simple accidente. Alguna cañería rota, dicen.
Los ojos del Uchiha se habían vuelto rojos un momento, el suficiente para darle un buen vistazo a aquel tipo y reconocer que, en efecto, se trataba de Datsue. Ahora ya recuperaban su azabache habitual.