13/06/2018, 18:11
Y ahí venía Akame. Como él era, con pasos perfectamente medidos y calculados. Con objetivo claro, sin vacilar. Con su bandana en la frente, y, intuía, el chaleco y la placa de jōnin bajo la capa de viaje. No hacía falta activar el Sharingan para saber que era él. Su Hermano.
¿Lo seguiría siendo al final de aquel día?
Se quitó la capucha y miró al cielo. No sabía por qué, pero intuía estaba a punto de tocar su tambor. ¿En qué desembocaría la tormenta? Suspiró.
—Toma asiento —alcanzó a decir, en respuesta a las preguntas de su Hermano. Él hizo lo propio, cruzándose de piernas y apoyando los codos en las rodillas, con las manos entrelazadas. Se rascó la barbilla con los pulgares, pensativo, demorando su respuesta en unos segundos eternos:—. Los rumores solo son medias verdades, como siempre. —Por alguna razón, se sentía extraño al hablar. Como si no fuese él mismo—. Alguien atacó, sí, pero no al Edificio Uzukage. Sino al Uzukage en persona. O, bueno, más bien diría que el ataque iba dirigido… a mí —El pergamino se había activado cuando lo tenía él en su posesión. Fuese cual fuese la clave, estaba convencido de que estaba relacionado con él. Era lo lógico—. Y ese alguien, Akame-kun, fue Amekoro Yui.
Soltada la bomba, Datsue calló, esperando a ver su resultado. No sería la primera que pensaba soltar, ni la más grande.
¿Lo seguiría siendo al final de aquel día?
Se quitó la capucha y miró al cielo. No sabía por qué, pero intuía estaba a punto de tocar su tambor. ¿En qué desembocaría la tormenta? Suspiró.
—Toma asiento —alcanzó a decir, en respuesta a las preguntas de su Hermano. Él hizo lo propio, cruzándose de piernas y apoyando los codos en las rodillas, con las manos entrelazadas. Se rascó la barbilla con los pulgares, pensativo, demorando su respuesta en unos segundos eternos:—. Los rumores solo son medias verdades, como siempre. —Por alguna razón, se sentía extraño al hablar. Como si no fuese él mismo—. Alguien atacó, sí, pero no al Edificio Uzukage. Sino al Uzukage en persona. O, bueno, más bien diría que el ataque iba dirigido… a mí —El pergamino se había activado cuando lo tenía él en su posesión. Fuese cual fuese la clave, estaba convencido de que estaba relacionado con él. Era lo lógico—. Y ese alguien, Akame-kun, fue Amekoro Yui.
Soltada la bomba, Datsue calló, esperando a ver su resultado. No sería la primera que pensaba soltar, ni la más grande.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado