13/06/2018, 19:57
Pese a que Datsue le pidió que se sentara, Akame no lo hizo. Algo iba mal, rematadamente mal. No era propio de su compadre recibirle de aquella manera, sin chanzas, sin coñas, con fría sobriedad. Desde luego, Uchiha Datsue estaba preocupado. Muy preocupado.
—Compadre... —empezó Akame cuando el otro jōnin habló, dando a entender que iba a irse por las ramas con aquella retórica suya, como siempre hacía.
Sin embargo, las siguientes palabras de Datsue dejaron al Uchiha sin habla. Había demasiada información, demasiadas cosas que no encajaban. «¿Un ataque al Uzukage y a Datsue? ¿Por parte de la Arashikage? ¿Pero qué cojones...?» Incapaz de hacer otra cosa, el mayor de los Hermanos del Desierto se limitó a pedir más información mientras su rostro se iba descomponiendo en una mueca de confusión.
—¿Un ataque de la Arashikage? ¿Pero qué...? ¿Por qué? ¿Por qué se arriesgaría Amekoro Yui a semejante cosa? —entonces Akame reparó en algo—. ¿Y cómo que iba dirigido a ti?
Su rostro se endureció. Conocía demasiado bien al otro Hermano del Desierto como para no empezar a atar cabos.
—¿Qué ha pasado entre tú y esa mujer?
—Compadre... —empezó Akame cuando el otro jōnin habló, dando a entender que iba a irse por las ramas con aquella retórica suya, como siempre hacía.
Sin embargo, las siguientes palabras de Datsue dejaron al Uchiha sin habla. Había demasiada información, demasiadas cosas que no encajaban. «¿Un ataque al Uzukage y a Datsue? ¿Por parte de la Arashikage? ¿Pero qué cojones...?» Incapaz de hacer otra cosa, el mayor de los Hermanos del Desierto se limitó a pedir más información mientras su rostro se iba descomponiendo en una mueca de confusión.
—¿Un ataque de la Arashikage? ¿Pero qué...? ¿Por qué? ¿Por qué se arriesgaría Amekoro Yui a semejante cosa? —entonces Akame reparó en algo—. ¿Y cómo que iba dirigido a ti?
Su rostro se endureció. Conocía demasiado bien al otro Hermano del Desierto como para no empezar a atar cabos.
—¿Qué ha pasado entre tú y esa mujer?