14/06/2018, 22:49
(Última modificación: 14/06/2018, 22:50 por Inuzuka Etsu.)
Etsu esperaba la contra-medida de su oponente. Estaba claro que ese chico jugaba bien, muy bien sus cartas. No cabía duda de que tenía algo en mente, sobre todo cuando el Inuzuka realizó su técnica y devolvió el arma a su dueño. Datsue no se movía, y sin duda debía tener algún motivo. Sin embargo, eso solo hacía mas inminente la confrontación directa, de nuevo. Quizás no era la mejor de las opciones, pero era su especialidad. No podía permitirse el lujo de pensar que su rival era mejor que él en distancias cortas.
En última instancia, cuando la estrella metálica parecía que iba a impactar en el Uchiha, Datsue movió un simple dedo y ésta se detuvo. No, no solo se detuvo, si no que como por arte de magia, volvió a retractar sus pasos —por llamarlo de alguna manera— y se dirigió por segunda vez hacia el rastas.
«¡Éste tipo...! ¿¡...qué cojones pasa con él!?»
El Inuzuka, que se precipitaba sobre Datsue, y a la misma vez contra ese rebelde shuriken, no tuvo mas opción que recurrir a una estrategia improvisada con una técnica que él mismo había improvisado. Si, todo muy improvisado. Sin tiempo que desperdiciar, Etsu dio una salto hacia su flanco izquierdo. La misma carrera que llevaba hacía imposible que saltase en horizontal perfecto con referencia a su oponente, claramente pasaría por el flanco del mismo en algún momento del salto si es que nada variaba. Pero, si que varió algo. En el mismo salto, el Inuzuka realizó un sello a una mano con su zurda, y pateó literalmente el aire, como si se tratase de una pared. Con ayuda de la técnica, se lanzó directamente contra Datsue rompiendo todas las reglas de la física. Cargó levemente el puño diestro, y con descaro lo lanzó en pos de golpear el rostro del Uchiha, con un simple pero brusco puñetazo.
Quitando la presión que estaba buscando sobre su oponente, cada vez tenía mas próxima una oportunidad de hincar sus fauces en su rival. Era solo cuestión de tiempo que cayese entre sus dientes.
En última instancia, cuando la estrella metálica parecía que iba a impactar en el Uchiha, Datsue movió un simple dedo y ésta se detuvo. No, no solo se detuvo, si no que como por arte de magia, volvió a retractar sus pasos —por llamarlo de alguna manera— y se dirigió por segunda vez hacia el rastas.
«¡Éste tipo...! ¿¡...qué cojones pasa con él!?»
El Inuzuka, que se precipitaba sobre Datsue, y a la misma vez contra ese rebelde shuriken, no tuvo mas opción que recurrir a una estrategia improvisada con una técnica que él mismo había improvisado. Si, todo muy improvisado. Sin tiempo que desperdiciar, Etsu dio una salto hacia su flanco izquierdo. La misma carrera que llevaba hacía imposible que saltase en horizontal perfecto con referencia a su oponente, claramente pasaría por el flanco del mismo en algún momento del salto si es que nada variaba. Pero, si que varió algo. En el mismo salto, el Inuzuka realizó un sello a una mano con su zurda, y pateó literalmente el aire, como si se tratase de una pared. Con ayuda de la técnica, se lanzó directamente contra Datsue rompiendo todas las reglas de la física. Cargó levemente el puño diestro, y con descaro lo lanzó en pos de golpear el rostro del Uchiha, con un simple pero brusco puñetazo.
Quitando la presión que estaba buscando sobre su oponente, cada vez tenía mas próxima una oportunidad de hincar sus fauces en su rival. Era solo cuestión de tiempo que cayese entre sus dientes.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~